En noviembre, el ministro norcoreano de Exteriores, Choe Son Hui, calificó al secretario general de la ONU, António Guterres, de “marioneta de Estados Unidos” por condenar una prueba anterior de un misil ordenada por Pyongyang.
Seúl (VOA) – Corea del Norte acusó el miércoles al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, de “una actitud extremadamente injusta y desequilibrada”, y arremetió contra el funcionario por condenar su reciente prueba de misiles pero ignorar las supuestas hostilidades de Estados Unidos contra Pyongang.
La acusación coincidió con la participación de destructores de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón en entrenamientos trilaterales antimisiles cerca de la península coreana, una iniciativa que el Norte podría considerar como una provocación.
Después de una prueba con un misil balístico intercontinental el sábado, Guterres condenó enérgicamente la acción y reiteró su pedido al Norte para que desista inmediatamente de llevar a cabo más provocaciones. En un comunicado, el jefe de la ONU instó también al país a reanudar las conversaciones para la desnuclearización de la península de Corea.
“Lo que es más vergonzoso, el secretario general de la ONU está haciendo declaraciones ilógicas y miserables que en poco se diferencia de las de los funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos a lo largo de los años”, indicó Kim Son Gyong, viceministro norcoreano de Exteriores para organismos internacionales, en un comunicado publicado por los medios estatales.
Según Kim, la prueba norcoreana respondía a la amenaza de seguridad que supone Estados Unidos para el país luego de la movilización temporal de bombarderos de largo alcance para maniobras conjuntas con Corea del Sur a principios de año. El ensayo era también una advertencia por la convocatoria previa de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la hermética nación, agregó.
Pyongyang considera que los ejercicios militares entre las tropas de Washington y Seúl son un ensayo de invasión y es especialmente sensible al despliegue de bombarderos B-1B estadounidenses que pueden transportar una carga enorme de armas convencionales guiadas y no guiadas. Tras el lanzamiento del misil balístico (ICBM, por sus siglas en inglés), Estados Unidos volvió a movilizar B-1B para otras maniobras con aviones de guerra surcoreanos y japoneses.
“El secretario general de la ONU debe comprender claramente que su postura poco razonable y perjuiciosa sobre la cuestión de la península de Corea está actuando como un factor que incita a los actos hostiles de Estados Unidos y sus seguidores contra (el Norte)”, declaró Kim.
En noviembre, el ministro norcoreano de Exteriores, Choe Son Hui, calificó a Guterres de “marioneta de Estados Unidos” por condenar una prueba anterior de un ICBM ordenada por Pyongyang.
El lanzamiento del sábado, el primero de un misil norcoreano desde el 1 de enero, se realizó forzado para evitar a países vecinos. Los supuestos detalles de la maniobra sugirieron una vez más que Pyongyang tiene misiles que podrían alcanzar territorio continental estadounidense. Pero muchos expertos extranjeros sostienen que el país deberá desarrollar todavía algunas tecnologías para obtener misiles con cabezas nucleares funcionales.
Está previsto que Corea del Sur y Estados Unidos realicen ejercicios conjuntos en las próximas semanas, incluyendo una maniobra virtual en el Pentágono el miércoles.
En 2022, el Norte batió su récord de lanzamientos armamentísticos en un año con más de 70 misiles dentro de su esfuerzo por aumentar su arsenal. Los observadores dicen que el Norte quiere lograr reconocimiento internacional como un estado nuclear legítimo y emplear ese estatus para conseguir un alivio de las sanciones internacionales en su contra.
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