Las renuncias de dos presidentas de prestigiosas universidades en EEUU, avivaron un debate sobre la regulación de la libertad de expresión en las instituciones educativas en un país donde este derecho se fundamenta en la Constitución.
Estados Unidos (VOA) – En Estados Unidos, la libertad de expresión siempre ha sido uno de los pilares de los derechos constitucionales en el país. En la actualidad, el alcance de este derecho es parte de un debate sobre las regulaciones al discurso en campus universitarios que ha provocado hasta la renuncia de dos presidentas de sendas prestigiosas instituciones.
El conflicto entre Israel y Hamás ha sido clave en la discusión sobre libertad de expresión en las universidades, donde sus líderes han luchado por definir la línea donde el discurso político cruza el acoso y la discriminación, y los estudiantes judíos y árabes expresan su preocupación de que sus universidades están haciendo muy poco para protegerlos.
La cuestión ocupó un lugar central en diciembre cuando las entonces presidentas de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, y de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, testificaron en una audiencia en el Congreso sobre el antisemitismo en la universidad.
Durante la audiencia, la congresista republicana Elise Stefanik cuestionó a Gay si “¿el llamar al genocidio de judíos viola las reglas de Harvard sobre bullying y acoso?”, a lo que la académica respondió: “Puede ser, pero depende del contexto”.
Sus expresiones generaron una ola de críticas y peticiones de renuncia, lideradas por la misma congresista Stefanik, y terminaron en la dimisión de Gay. El caso se repitió con Magill, quien renunció a su cargo.
Ahora, los republicanos en la Cámara de Representantes consideran investigar a más universidad por temas que van más allá del antisemitismo. Esto, según los analistas, haría más difícil hablar abiertamente en las universidades sobre temas como el aborto, la raza y la diversidad.
“Muchos administradores y grupos de estudiantes, especialmente en ciertas escuelas, tienden a inclinarse hacia la izquierda, y cuando los estudiantes expresan puntos de vista diferentes, especialmente en lo que respecta a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, vemos que son silenciados”, dijo a la Alex Morey del grupo no partidista Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión.
El Departamento de Educación de EEUU ha advertido repetidamente a las universidades que deben luchar contra el antisemitismo y la islamofobia en sus campus o correrían el riesgo de perder fondos federales.
El secretario de Educación, Miguel Cardona, dijo que la agencia ha abierto más de 40 investigaciones en colegios y universidades en respuesta a denuncias de antisemitismo e islamofobia desde los ataques del 7 de octubre en Israel, incluidos Harvard, Stanford y MIT.
“Algunos profesores están siendo forzados a salir, despedidos, o encuentran el ambiente para la investigación y la enseñanza tan opresivo que muchos de ellos renuncian”, dijo David Jeating del Instituto para la Libertad de Expresión.
Sin embargo, ante ciertos intentos conservadores de reformar más ampliamente la educación superior, la organización PEN America advierte que cualquier mejora para proteger la libertad de expresión debe surgir de las propias instituciones.
“Tenemos una gran preocupación cuando vemos a políticos que intentan hacer esas reformas, y en la forma en que las hemos visto en legislaciones, como órdenes de silencio educativo, que definen qué se puede y no se puede enseñar en los campus”, apuntó Kristen Shahverdian, líder del equipo de libre expresión y educación de PEN America, en declaraciones a la .
Más allá de cómo se desarrollen las guerras políticas, las universidades pueden tomar medidas para fomentar una cultura de libertad de expresión, según el profesor de la Primera Enmienda Eugene Volokh.
“Creo que las universidades deberían tener más paneles o debates sobre temas como el aborto, la raza, la acción afirmativa basada en la raza, los derechos de los transexuales, la inmigración tanto legal como irregular”, agregó Volokh.
Esto, aseguró, ayudaría a que a que los estudiantes entiendan la importancia de escuchar puntos de vista con los que no necesariamente coinciden.
Mientras tanto, el miércoles pasado varios estudiantes judíos presentaron una demanda contra Harvard acusándola de convertirse en “un bastión de odio y acoso desenfrenado contra los judíos”.
¿Quieres compartir información o enviar boletines de prensa?
Envíanos un correo.
¿Tienes dudas? ¿Necesitas verificar alguna noticia?
No dudes en enviarnos un correo, con gusto la verificamos por tí.
Síguenos en nuestras redes sociales.