El personal médico ha enfrentado con valor la crisis a cuenta del coronavirus, pero muchos cuestionan que la carencia de recursos haga, de esta, una hazaña extraordinaria. Un médico residente en NY narra su experiencia.
Nueva York, NY. (VOA/Laura Sepúlveda) – Al menos dos meses atrás esta entrevista no hubiera sido realizada con una máscara que cubriera nariz y boca, la nueva realidad nos ha cambiado la vida y sobre todo a ellos, “los soldados en la primera fila de batalla” quienes deberían ser reconocidos por su valor en esta crisis, pero no por trabajar en condiciones precarias que hacen de esta una hazaña extraordinaria.
“Cuando no estábamos seguros de cuán grande sería la la curva, nos dijeron que usáramos una máscara N95 por semana”.
– Dr. Christopher Clifford, Médico residente en Nueva York
Previo a la crisis a cuenta del COVID-19, el personal médico, siguiendo protocolos de los Centros de Control y Prevención de enfermedades, desechaban su máscara mínimo al cierre de su turno, si no por paciente.
“Trabajamos turnos de 12 horas, muchos por semana y solo te dan una máscara. Tienes que ponerla en una bolsa de papel y llevarla a casa contigo”
– Dr. Christopher Clifford, Médico residente en Nueva York
El Dr. Clifford, este joven médico residente en Nueva York que está a poco de graduarse, califica esta como una extraordinaria experiencia profesional que sin duda le toma la mano a la incertidumbre, pues viene acompañada de una fuerte carga emocional.
“Al ver esos casos… están en sus 20 años, y ver que no van a lograrlo … yo también estoy en mis 20’s y sabes … Me miro a mí mismo y digo, ninguno de nosotros es invencible, cualquiera puede contraer este virus y morir por el”.
– Dr. Christopher Clifford, Médico residente en Nueva York
En ocasiones, el último deseo de sus pacientes era decir adios a su familia que estaba imposibilitada a entrar a la sala por los riesgos de contagio.
“Hacemos Facetime con los miembros de la familia para darles un reporte y dejar que se despidan de sus seres queridos por teléfono y … solo escuchar el llanto y el dolor en el otro extremo de la línea… realmente se queda contigo”.
– Dr. Christopher Clifford, Médico residente en Nueva York
Todos las días a las 7 de la noche el sonido de las ambulancias se pierde entre el de los aplausos, Nueva York se da cita en sus ventanas, balcones y calles… solo para decirle a ellos, el personal esencial, gracias por librar esta batalla por nosotros.
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