El oleoducto Colonial Pipeline, con sede en el estado de Georgia, cerró sus operaciones el viernes. Colonial enviaba 2.5 millones de barriles de petróleo al día, a través de un oleoducto que se extiende por 8.850 kilómetros.

Funcionarios de alto rango del gobierno Biden se reunieron el martes en la noche para discutir la situación y llegar a medidas que puedan aliviar la escasez de gasolina. Entre ellas, el Departamento de Transporte permitirá que se usen avenidas en 10 estados del sureste del país para transportar cargamentos de gasolina. Al mismo tiempo, se relajaron requisites para la gasolina convencional de volatilidad baja y reformulada en partes de doce estados y el Distrito de Columbia.

El hackeo ha sido atribuido a un grupo criminal llamado DarkSide, basado en Rusia. El presidente Joe Biden dijo el lunes que no hay suficiente evidencia para ligar al gobierno de ruso al ataque.

Colonial Pipeline, una empresa privada, dijo que ha abierto de manera manual partes del oleoducto necesarias para proveer a cinco estados y que aceptó dos millones de barriles de gasolina para poder empezar a restaurar el servicio a finales de semana, según informó la agencia Reuters.

El precio de la gasolina aumentó a más de tres dólares por galón el miércoles y se reportaron filas en gasolineras al sureste del país. Los gobernadores de Florida, Carolina del Norte y Virginia han declarado estado de emergencia para ayudar a satisfacer la demanda de gasolina.

El gobierno Biden está dijo estar “listo” para revisar “cualquier excepción temporal” a la ley Jones, que permite que buques extranjeros transporten gasolina y Diesel a áreas donde hay escasez, según dijo la Casa Blanca en un comunicado.

“El Departamento de Seguridad Nacional está listo para revisar cualquier solicitud de exención temporal de la Ley Jones de compañías que demuestren que no hay capacidad suficiente en las embarcaciones calificadas por la Ley Jones para transportar combustible a la región afectada”, dijo la Casa Blanca.