“Estoy encantado de estar de nuevo con mi familia”, declaró Tarrio emocionado al salir del Aeropuerto Internacional de Miami, donde fue recibido por una multitud de periodistas y curiosos.

El hombre, que iba vestido con una chaqueta roja y luciendo una gorra negra con el lema de campaña de Donald Trump “Make America Great Again” (“Hacer a Estados Unidos grande otra vez”), aterrizó en un vuelo procedente de Dallas, Texas, donde cumplía condena por su implicación en los hechos relacionados con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

A su llegada, Tarrio expresó su gratitud hacia el presidente Trump, destacando el papel del mandatario en su liberación. “Muchas gracias, la justicia estaba servida el 21 de enero del 2025”, afirmó ante los medios de comunicación, incluyendo a la Voz de América, en referencia a la fecha en la que quedó en libertad.

Enrique Tarrio, originario del sur de Florida, había sido condenado a 22 años de prisión por delitos de conspiración sediciosa, tras ser identificado como uno de los principales organizadores de los disturbios que quedaron para la posteridad de la historia de la democracia estadounidense.

Aunque no estuvo físicamente en Washington el día del asalto, las autoridades lo señalaron como uno de los cerebros detrás de los eventos que buscaban interrumpir la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.

Su condena fue considerada un caso emblemático en la lucha contra el extremismo político, y tanto el Departamento de Justicia como el Comité del Congreso que investigó el ataque al Capitolio subrayaron su papel clave en los acontecimientos. “Fue uno de los líderes estratégicos de esta operación contra la democracia”, afirmaron en su momento.

El caso también tuvo repercusiones directas en el ámbito político, salpicando al propio Donald Trump, a quien se acusó de incitar y apoyar los disturbios junto a grupos organizados como los Proud Boys. Durante su mandato anterior, Trump se refirió a los acusados como “presos políticos”, y tras su reelección en noviembre, las investigaciones en su contra fueron desestimadas, lo que despejó el camino para los indultos.

“No podía haber ninguna duda de que él comandó una turba que sabía que estaba fuertemente armada, violenta y enojada, para marchar hacia el Capitolio”, dijo el congresista Bennie Gordon, que ejerció de jefe del Comité de Investigación del 6 de enero del Congreso, a pesar de que el caso no tuvo recorrido legal.

Aunque Tarrio se desvinculó públicamente de la organización Proud Boys en el pasado, su regreso genera dudas sobre si retomará algún tipo de relación con el grupo. En su declaración en Miami, evitó hacer comentarios sobre este tema, dejando abierta la incógnita sobre sus planes futuros.