Es el giro más reciente de la larga saga legal del hijo del presidente Joe Biden, que de antemano enfrenta una posible pena de prisión después de su condena dictada en junio por delitos graves relacionados con armas de fuego.

Más de 100 posibles miembros del jurado habían sido llevados al juzgado para comenzar el proceso de elección del panel que decidirá si es culpable de cargos de delitos menores y graves por lo que, según los fiscales, fue una estratagema de cuatro años para evitar pagar al menos 1,4 millones de dólares en impuestos y al mismo tiempo obtener millones de dólares de entidades comerciales extranjeras.

Pero el abogado defensor Abbe Lowell dijo al juez que las pruebas contra Hunter Biden son “abrumadoras” y que el hijo del presidente quiere resolver el caso con lo que se conoce como declaración de Alford, bajo la cual el acusado mantiene su inocencia pero reconoce que los fiscales tienen pruebas suficientes para conseguir una condena.

Un fiscal instó al juez federal de distrito Mark Scarsi a rechazar la declaración propuesta, argumentando que Hunter Biden “no tiene derecho a declararse culpable en términos especiales que se aplican sólo a él”.

“Hunter Biden no es inocente. Hunter Biden es culpable”, sostuvo el fiscal Leo Wise.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre dijo que “no puedo comentar” sobre la decisión de Hunter Biden. El presidente Biden ha dicho que no conmutará la sentencia que sea impuesta a su hijo y, preguntada al respecto el jueves, Jean-Pierre dijo que “la respuesta sigue siendo que no”.

Una declaración de culpabilidad de último minuto permitirá a Hunter Biden evitar un segundo juicio penal en cuestión de meses. Fue declarado culpable en junio en Delaware de tres delitos graves por un arma de fuego que compró en 2018.

Se esperaba que el juicio por cuestiones fiscales pusiera en evidencia sus negocios en el extranjero, que los republicanos han pasado años examinando para acusar a su padre –sin pruebas– de corrupción en relación con el trabajo de su hijo en el extranjero.

Las posibles ramificaciones políticas del juicio apenas unas semanas antes de las elecciones presidenciales pueden haberse desvanecido un poco desde la decisión del presidente Biden en julio de abandonar la contienda de 2024. Pero el presidente está profundamente preocupado por el bienestar de su hijo, por lo que es probable que el juicio le pese mucho en los últimos meses de su carrera política de cinco décadas.

Hunter Biden entró en la sala del tribunal de la mano de su esposa, Melissa Cohen Biden, y flanqueado por agentes del Servicio Secreto. Inicialmente, se declaró inocente de los cargos relacionados con sus impuestos de 2016 a 2019 y sus abogados han indicado que argumentarán que no actuó “intencionalmente” o con la intención de violar la ley, en parte debido a sus bien documentadas luchas contra la adicción al alcohol y las drogas.

Hunter Biden había aceptado declararse culpable de delitos fiscales menores el año pasado en un acuerdo con el Departamento de Justicia que le permitía evitar el enjuiciamiento en el caso de armas si no se metía en problemas. Pero el acuerdo fracasó después que un juez cuestionó aspectos inusuales del proceso y posteriormente fue acusado formalmente en los dos casos.