Con bromas, alegre música caribeña y escenas de vacaciones en playas soleadas con palmeras, influenciadores haitianos de YouTube y TikTok publicitan viajes chárter a América del Sur.
Estados Unidos (VOA) – Son manifestaciones de un floreciente negocio poco conocido, que explota la decisión del gobierno de Estados Unidos de enviar a los haitianos de vuelta a su país, azotado por la violencia delictiva.
Más de una docena de agencias de viajes de América del Sur han alquilado aviones a aerolíneas latinoamericanas baratas —incluidos Airbuses con 238 asientos— y vendido pasajes a precios altos. Muchos de los clientes son haitianos que vivieron en Chile y Brasil antes de lograr cruzar la frontera entre México y Estados Unidos y llegar a Texas, de donde fueron expulsados por el gobierno de Joe Biden, que también les desconoció el derecho a pedir asilo en el futuro. Apelan a vuelos chárter para irse de Haití y regresar a Sudamérica.
Algunos dicen que intentarán nuevamente ingresar a Estados Unidos.
Rodolfo Noriega, Coordinador Nacional de Inmigrantes en Chile, dijo que empresarios explotan la desesperación de los haitianos y se aprovechan de ellos. “Están al final de una cadena de negocios poderosos que gana [dinero] con este circuito de migración haitiana”, expresó.
Las aerolíneas y las agencias de viaje dicen que se manejan dentro del marco legal de los países donde operan y que simplemente ofrecen un servicio a la diáspora haitiana de Sudamérica.
Este lucrativo negocio salió a la luz durante una investigación de ocho meses de la Associated Press y el Programa de Investigaciones Periodísticas del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de California (con sede en Berkeley).
Este despacho es parte de una serie de la Associated Press (Migration Inc.) en la que se investiga a individuos y empresas que se benefician del desplazamiento de personas que le escapan a la violencia y los conflictos civiles en sus países.
Haitianos hartos de las privaciones que padecen en su tierra partieron a Chile y Brasil, muchos de ellos después del catastrófico terremoto del 2010 que causó estragos en Haití. El año pasado, cuando la pandemia del coronavirus golpeaba las economías locales y cundía el racismo, miles decidieron irse a Del Río, ciudad texana próxima a la frontera con México. Allí tropezaron con una ordenanza sobre salud pública invocada por el gobierno de Donald Trump y que se siguió usando bajo la administración de Biden, que impide a los migrantes pedir asilo.
Las autoridades estadounidenses los enviaron de vuelta no a Sudamérica, donde habían nacido los hijos de muchos, sino a Haití.
Algunos entrevistados por la AP dijeron que temían por sus vidas en Haití y que querían regresar a Sudamérica. Pero las aerolíneas suspendieron los vuelos comerciales directos a Chile y Brasil durante la pandemia. La única opción eran los vuelos chárter, que pasaron a ser un negocio lucrativo en momentos en que las restricciones impuestas para combatir la propagación del coronavirus frenaban el turismo, según agentes de viajes. Los aviones llegaban vacíos a Haití y partían llenos.
Entre noviembre del 2020 y mayo de este año, hubo al menos 128 vuelos chárter contratados por agencias de Chile y Brasil para transportar gente desde Haití, de acuerdo con registros de vuelos, publicidades en la internet y otras verificaciones independientes hechas por la AP y Berkeley.
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