Se trata del informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos explicando los pormenores del caso, que precisamente destaca las “fallas en cascada” en el accionar policial frente a una de las peores matanzas en una escuela de la historia reciente.

La respuesta policial a la matanza del 24 de mayo de 2022 en la escuela primaria Robb fue azarosa; el mayor ente judicial estadounidense identifica en ella una amplia gama de problemas, desde fallas de comunicación y liderazgo hasta la deficiente tecnología y entrenamiento, lo que según las autoridades federales ayudó a prolongar la crisis mucho más allá de lo que se debía.

Mientras, los alumnos permanecían aterrados dentro de las aulas, llamaban al número de emergencias 911 y sus padres angustiados suplicaban a los agentes que entraran. Así describe la situación.

“Les dije a las familias anoche lo que espero haya quedado claro en los cientos de páginas y miles de detalles en el informe: sus seres queridos se merecían algo mejor”, comentó el secretario de Justicia, Merrick Garland, en una conferencia de prensa desde Uvalde este jueves.

Mirada en perspectiva

Es ahora, con este informe de casi 600 páginas del Departamento de Justicia, que puede comprenderse mejor el accionar de la policía de Uvalde, que se vio imposibilitada de detener el ataque en el que murieron 19 niños y dos docentes.

En detalle, el informe destaca el error de las autoridades policiales al suponer al tirador atrincherado, bajo control o muerto, mientras continuaba con la matanza.

Esa “mentalidad predominaba durante buena parte de la respuesta al incidente”, cuando la policía, en lugar de penetrar por la fuerza en las aulas para poner fin a la carnicería, esperó durante casi una hora para enfrentar al agresor, hecho que el informe calificó de “falta de urgencia”.

El atacante, Salvador Ramos, fue abatido 77 minutos después de la llegada de la policía. Le puso fin un equipo táctico dirigido por la Patrulla Fronteriza dentro de un aula estudiantil.

“Jamás se debe considerar ni tratar a un tirador activo con acceso a las víctimas como un sujeto atrincherado”, recalca el informe, con la palabra “jamás” en cursiva.

Otros errores

El reporte también asegura que la policía actuó “sin la menor urgencia” para instalar un puesto de mando en la escena y que ello que generó confusión entre los agentes acerca de quién estaba al mando.

Los propios agentes entorpecieron el accionar, señala el Departamento de Justicia, mientras carga directamente contra el entonces jefe de la policía del distrito escolar, Pete Arredondo, por haber dejado de lado sus radios por considerarlos innecesarios.

Aunque trató de comunicarse por teléfono con los agentes en otras partes del pasillo escolar, Arredondo les ordenó que no entraran a las aulas “porque aparentemente decidió que antes se debía retirar a otras víctimas de las aulas vecinas para prevenir más heridas”.

Uvalde maneja el trauma

La ciudad de Uvalde consta de unos 15.000 habitantes. A la fecha sigue debatiéndose con el trauma de tantas muertes, y continúa dividida en cuanto la asignación de responsabilidades a la acción e inacción policial.

La matanza ha sido desmenuzada en audiencias legislativas, informes periodísticos y un informe de la legislatura de Texas, que responsabilizó a la policía en todos los niveles de no dar “prioridad a salvar vidas inocentes por encima de su propia seguridad”.

Hace 20 meses que el Departamento de Justicia anunció su investigación, desde entonces los videos que muestran a los agentes aguardando en el pasillo fuera de las aulas de cuatro grado donde el hombre cometía la matanza ha convertido a la policía de Uvalde en objeto de ridículo nacional.

Garland se encontraba en Uvalde el miércoles antes de la publicación del informe. Visitó los murales pintados en el centro de la ciudad y, por la noche, mantuvo reuniones con los familiares de las víctimas antes de publicar las conclusiones.

[Con información de The Associated Press]