A la tormenta del virus se suma ahora una tormenta invernal. Una nevada con fuertes vientos y poca visibilidad golpeará a la costa este de Estados Unidos desde la tarde de este miércoles y hasta el jueves.
Estados Unidos (VOA/) – Con cielo nublado, temperatura máxima de 1 grado Celsius y una sensación térmica de entre 9 y 6 grados por debajo de cero, la ciudad de Nueva York y zonas aledañas esperan este miércoles la primera tormenta de nieve de este invierno, la cual, según el alcalde Bill de Blasio podría ser la más fuerte en los últimos tres años.
“Esta es una tormenta seria, ahora estamos esperando más información, como siempre, pero ciertamente podemos decir que esta será una tormenta seria y la gente debe tomarla en serio. Deben estar preparados para una tormenta disruptiva y comenzar a hacer ajustes, ahora mismo, sobre lo que estarán haciendo”, explicó de Blasio.
Los restaurantes, que desde el lunes nuevamente tienen cerrados sus espacios interiores para el control de la pandemia de COVID-19, ahora sufren un nuevo golpe, pues desde las 2 de la tarde sus áreas exteriores, específicamente las ubicadas sobre vías vehiculares, cerrarán también.
Los negocios que tienen mesas adaptadas sobre los andenes sí podrían operar, aunque con dificultad, pues se prevé que habrá fuertes vientos de aproximadamente 30 kilómetros por hora.
“Comenzando alrededor de las 4 de la tarde, continuando hasta el miércoles por la noche (y) hasta la madrugada del jueves, vientos de hasta 80 kilómetros por hora. Eso es muy serio para cualquier persona, ya sea que esté caminando, esté conduciendo, este es un viento fuerte”, dijo de Blasio.
Añadió que “el jueves por la mañana, en particular, podremos ver condiciones reales de tormenta, realmente mala visibilidad, viento intenso, nieve intensa. Prepárense para eso”.
Desde la tarde del martes la ciudad comenzó a trabajar con materiales de descongelamiento en las calles.
El departamento local de sanidad, por su parte, contará constantemente con 2.000 personas en cada turno de trabajo; 300.000 toneladas de sal serán distribuidas en las calles de la Gran Manzana, y 1.300 camiones-pala recorrerán constantemente las zonas con mayor acumulación de nieve.
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