En una decisión publicada este miércoles, el juez Juan M. Merchan declinó hacerse a un lado y dijo que la demanda de Trump era una redundancia y estaba “llena de inexactitudes y afirmaciones infundadas” sobre los lazos políticos de la hija de Merchan y su capacidad de impartir justicia objetiva y equitativamente.

Es la tercera vez que el juez rechaza un pedido similar de los abogados del expresidente y actual candidato presidencial republicano.

Las tres veces, los abogados argumentaron que el juez tiene , Loren Merchan, trabaja como consultora política para candidatos demócratas. Entre ellos estaba la vicepresidente Kamala Harris cuando ella buscó la nominación presidencial en 2020. Harris es ahora la candidata demócrata a la presidencia.

Una comisión estatal de ética dijo el año pasado que Merchan podía seguir presidiendo el caso, escribiendo que las actividades políticas independientes de un familiar no son “una base razonable para cuestionar la imparcialidad de un juez”.

Merchan reiteradamente ha afirmado que continuará basando sus decisiones “en la evidencia y las leyes, sin temor ni favor, dejando a un lado cualquier influencia inapropiada”.

“Con estos principios fundamentales en mente, esta corte ahora reitera por tercera vez algo que ya debe haber sido claro: las insinuaciones y las tergiversaciones no crean un conflicto de interés”, escribió Merchan en su fallo de tres páginas. “La recusación, por lo tanto, no es necesaria y mucho menos requerida”.

Pero ahora que Harris es la rival de Trump en las elecciones, el abogado de Trump, Todd Blanche, escribió el mes pasado en una carta al juez que las inquietudes de la defensa “se han vuelto más concretas”.

Los fiscales calificaron las quejas de Trump de “un intento confuso y frívolo para volver a litigar” el tema.

Blanche no ha contestado a mensajes pidiéndole comentario sobre el fallo del juez. La fiscalía distrital de Manhattan, que lleva el caso, se negó a formular comentarios.

Trump fue declarado culpable en mayo de falsificar documentos empresariales para ocultar un acuerdo en 2016 de pagarle a la actriz porno Stormy Daniels para que ella no revelara nada sobre un encuentro íntimo que ella dice haber tenido con Trump en 2006.

La fiscalía retrató ese acuerdo como parte de una trama para impedir que los votantes se enteraran de noticias desfavorables sobre el candidato republicano.

Trump dice que los relatos eran todos falsos, que los documentos de su empresa estaban bien y que el caso es una maniobra política para perjudicar su campaña actual. El fiscal que llevó la causa, el fiscal distrital de Manhattan, Alvin Bragg, es demócrata.