Tras la extinción del Pérmico, hace 252 millones de años, la mayor extinción masiva de la historia de la Tierra, hubo una explosión de bacterias y algas que duró cientos de miles de años. Los expertos creen que casi todas las extinciones masivas de la historia de la Tierra fueron seguidas de una proliferación de microbios en ríos y lagos.
Moscú (Sputnik) – El registro geológico de Australia apunta a que los efectos nocivos del cambio climático y la deforestación provocada por el clima durante el evento de extinción del Pérmico hicieron brotar un caldo tóxico en la cuenca de Sídney, uno de los ecosistemas de agua dulce más antiguos conocidos por el hombre.
Los autores afirman que los datos son alarmantes porque precisamente ahora es cuando la actividad humana está provocando una extinción masiva similar.
“Vemos cada vez más floraciones de algas tóxicas en los lagos y en los entornos marinos poco profundos, lo que está relacionado con el aumento de la temperatura y con los cambios en las comunidades vegetales”, afirma la geóloga Tracy Frank, de la Universidad de Connecticut, cuyo estudio está publicado en Nature Communications.
Esto, a su vez, está aumentando el número de nutrientes en los entornos de agua dulce. La presencia de algas y de bacterias es algo normal en estos entornos, pero a veces un elevado número y agota el oxígeno del agua y crea zonas muertas.
Así que “hay muchos paralelismos con la actualidad”, señala. Añade que el vulcanismo fue una fuente de CO2 en el pasado, pero que “sabemos que la tasa de entrada de dióxido de carbono que se observaba entonces era similar a la tasa de aumento de dióxido que estamos viendo hoy” debido a la actividad humana.
Aparte del aumento de CO2 con el consecuente calentamiento, los incendios forestales y la deforestación también impactan gravemente en la calidad del agua dulce. Ello se debe a que los nutrientes que normalmente son absorbidos por la vegetación acaban en el agua, donde contribuyen al aumento de bacterias y microbios.
Los científicos también observan estas similitudes con relación al pasado.
“El otro gran paralelismo es que el aumento de la temperatura a finales del Pérmico coincidió con el aumento masivo de los incendios forestales”, dice el geólogo Chris Fielding, también de la Universidad de Connecticut.
“Una de las cosas que destruyó ecosistemas enteros fue el fuego, y lo estamos viendo ahora mismo en lugares como California”, señala.
¿La buena noticia? Que podemos influir positivamente en ellos. La mala es que no lo hagamos, advierten en ScienceAlert.
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