El millón de nuevas infecciones se presenta en momentos en que gobernadores de todo el país hacen llamados cada vez más desesperados al público para asumir con mayor seriedad el combate al virus.
Estados Unidos (VOA/) – El repunte de nuevos casos de coronavirus en Estados Unidos parece no ceder. En los primeros 10 días de noviembre más de un millón de personas fueron diagnosticadas con COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, mientras que es casi una norma que cada día se detecten más de 100.000 infecciones en la nación, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Los estados del Medio Oeste del país son los más impactados, con tasas de hospitalización que alcanzan niveles récord. Sólo el lunes, más de 59.000 personas fueron hospitalizados para ser tratadas por COVID-19, según cifras divulgadas por dicha universidad.
Gobernadores de todo el país hacen llamados cada vez más urgentes al público para que incrementen la percepción de riesgo y atiendan con seriedad la situación actual.
La relativa buena noticia es que dos compañías farmacéuticas estadounidenses anunciaron recientemente avances en los candidatos vacunales para combatir el coronavirus.
El gobernador de Wisconsin planeaba la inusual medida de dar un discurso en vivo al estado para pedir unidad y cooperación en la lucha contra el COVID-19.
Pfizer anunció que su vacuna experimental fue 90% efectiva para prevenir el COVID-19, lo que indica que la compañía está en camino para presentar a finales de este mes una solicitud de uso de emergencia ante los reguladores de medicamentos en EE.UU. Sin embargo, el anuncio realizado el lunes no significa que una vacuna sea inminente, dado que se trató de un análisis intermedio de una junta de monitoreo de datos independiente, que analizó 94 infecciones registradas hasta ahora en un estudio que ha inscrito a casi 44.000 personas en EE.UU. y otros cinco países.
Propagación “prácticamente incontrolada”
Las infecciones van en aumento en 49 estados, mientras que varios estados reportaron récords el martes: más de 12.000 nuevas infecciones en Illinois, 7.000 en Wisconsin y 6.500 en Ohio.
Las muertes por COVID-19 también están yendo nuevamente en aumento, con un promedio de más de 930 cada día.
“El virus se propaga de una forma prácticamente incontrolada en la gran mayoría del país”, dijo a medios el doctor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt.
A pesar de que el número de muertes está muy por debajo de su punto más alto de 2.200 diarias en abril, algunos investigadores estiman que el total nacional alcanzará los 400.000 decesos antes del 1 de febrero, un marcado incremento respecto a los 240.000 actuales.
En lo que llega el tratamiento adecuado que ponga freno a la pandemia, gobernadores en Estados Unidos buscan formas de paliar la crisis, ordenando nuevas restricciones. El gobernador de Minnesota, por ejemplo, ha ordenado el cierre de bares y restaurantes a las 10 de la noche.
En Iowa, el gobernador ha estipulado que el uso de mascarillas sea obligatorio en concentraciones de al menos 25 personas en interiores. En Iowa ha supuesto un giro, después de meses de no aplicar medidas más estrictas para frenar la pandemia.
Pero pese a los rebrotes, expertos sostienen que existen razones para pensar que el país está mejor preparado para enfrentar al virus en esta ocasión.
“Definitivamente estamos mejor”, dijo a medios William Hanage, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de Harvard, en referencia a que se cuenta con mejores herramientas médicas y conocimiento en este momento.
El presidente Donald Trump ha insistido en que el país está recuperándose de la pandemia pese al aumento de casos. Durante un acto de campaña en la Florida el mes pasado, Trump dijo: “Bajo mi liderazgo estamos preparando una vacuna segura y una recuperación rápida como nadie pudiera creer. Si ustedes observan nuestro paso ascendente, ningún país en el mundo se ha recuperado como lo hemos hecho nosotros”.
EE.UU. promete distribución equitativa de anticuerpos de Eli Lilly
Los pacientes en Estados Unidos se están beneficiando de nuevos tratamientos como el Remdesivir, el esteroide Dexametasona y un antígeno que obtuvo aprobación para uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos el lunes. Además, existe una mayor disponibilidad de pruebas diagnósticas.
El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Alex Azar, dijo el martes que el gobierno estadounidense asegurará una distribución equitativa del tratamiento de anticuerpos de Eli Lilly para los pacientes de COVID-19, comenzando por los hospitales y las áreas donde se registren muchos casos.
“Aseguraremos una distribución equitativa y trabajaremos estrechamente con nuestros gobernantes”, dijo Azar, que señaló que se seguirá el mismo procedimiento que aplicó el gobierno con el Remdesivir, un fármaco usado para tratar a las personas hospitalizadas con COVID-19.
Azar aseguró que los responsables sanitarios y Lily están explorando otras formas de suministrar el tratamiento fuera de los hospitales, incluyendo centros de infusión intravenosa para pacientes externos.
El tratamiento con el que científicos buscan combatir esta infección, consiste en el uso de anticuerpos monoclonales que actúan como células inmumes. Esta terapia es similar a la que recibió el presidente estadounidense Donald Trump, tras dar positivo al COVID-19 a comienzos del pasado mes. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), aprobó el fármaco de anticuerpos para personas mayores de 12 años que corren el riesgo de desarrollar una forma grave de COVID-19.
El plan de Biden
El proyectado presidente electo de EE.UU., el demócrata Joe Biden, ha puesto el pie en el acelerador en lo que parece ser su primer objetivo: frenar la pandemia. Esta semana nombró a una junta asesora compuesta por una decena de médicos, que guiarán la labor, según ha comunicado su equipo de transición.
El lunes, Biden dijo que un proceso de aprobación de la vacuna contra el coronavirus debe estar guiado por la ciencia para que el público pueda tener confianza en que es seguro y efectivo. Advirtió que Estados Unidos aún enfrenta un invierno muy oscuro y que probablemente una vacuna no estará disponible durante meses.
“Te imploro, usa una máscara. Hazlo tú mismo. Hazlo por tu vecino. Una máscara no es una declaración política”, dijo Biden, y agregó que no escatimará esfuerzos para revertir la pandemia una vez que preste juramento.
Con todo, los expertos prevén un drástico cambio de estrategia en la lucha contra el coronavirus en los próximos meses.
“Es probable que esté bien organizada, que tenga una clara comunicación y que esté basada en la ciencia. Son tres cambios muy importantes y refrescantes”, dijo Thomas Frieden, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y director ejecutivo de la organización de salud sin fines de lucro Resolve to Save Lives.
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