El presidente Richard Nixon intentó influir en el futuro de España una vez muriera el general Francisco Franco. Los analistas dicen que le preocupaba más mantener bases militares en España, que el futuro de la democracia ibérica. Medio siglo después, las relaciones entre ambos países pasan por un período turbulento.
Madrid, España (VOA/Graham Keeley). – La conocida ronca voz habla desde el pasado.
El presidente Richard Nixon es escuchado en una cinta discutiendo con una serie de asesores, cómo asegurar que España no cayera en la anarquía tras la muerte del general Francisco Franco.
Las grabaciones, hechas originalmente por Nixon mientras estuvo en la Casa Blanca, muestran cómo el presidente intentó infructuosamente persuadir al gobernante español para que cediera el poder a un sucesor estable antes de morir.
Era el año 1971 y el general Franco sufría de la enfermedad de Parkinson, pero continuó en el poder hasta su muerte en 1975.
Las grabaciones, que estaban en la Biblioteca Presidencial Nixon y recientemente fueron publicadas en España por el periódico El País, ofrecen un fascinante vistazo de cómo el entonces presidente de Estados Unidos intentó moldear la historia española, y las relaciones del reino con Washington, por lo menos por un corto período.
Analistas dicen que Washington estaba más interesado en asegurar el acceso a bases militares en España que en promover una nueva era de democracia.
Cuando el entonces príncipe Juan Carlos visitó la Casa Blanca en 1971, Nixon le advirtió al futuro jefe de Estado que hiciera del cumplimiento de la ley y el orden su prioridad cuando muriera el general Franco.
Nixon dijo que Juan Carlos debería apoyarse en su juventud y carisma para convencer a los españoles de que las cosas cambiarían una vez él llegase a ser rey, según anotaciones del intercambio realizadas por el Departamento de Estado.
En su transición a la democracia tras la muerte de Franco, España experimentó turbulencia que incluyó un dramático pero fallido golpe de estado en 1981, pero nunca cayó en el caos que Nixon había temido.
¿Una Amistad problemática?
Casi cincuenta años más tarde, con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, las relaciones entre Washington y Madrid han entrado en aguas turbulentas, dicen algunos analistas.
Washington está preocupado por la coalición de gobierno de izquierda, cuyo miembro menor es el partido de extrema izquierda Unidas Podemos, (UP). Altos dirigentes de UP han servido como asesores al gobierno en disputa de Venezuela.
Las tarifas arancelarias que Washington le ha impuesto a productos españoles, como el aceite de oliva, han inquietado a Madrid.
La falla de España al no cumplir las demandas de Estados Unidos para que los países europeos aumenten sus contribuciones a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), han incomodado a Washington.
España aprobó por su parte en junio una ley imponiendo el llamado Impuesto Google, a las redes sociales estadounidenses, que impone impuestos más altos a estas compañías principalmente estadounidenses. Trump ha prometido represalias si otros países europeos siguen los pasos de España.
“Creo que la relación está pasando por un momento particularmente turbulento”, dijo Charles Powell, autor del libro “El Amigo Estadounidense” sobre las relaciones hispano-estadounidenses y director del Real Instituto Elcano, un centro de investigaciones y análisis en Madrid.
Dice que la relación ha cambiado sutilmente porque Madrid se está enfrentando a Washington en desacuerdos sobre tarifas arancelarias impuestas por Washington a productos españoles, y por las demandas de Trump para que España y otros países destinen un 2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al mantenimiento de la OTAN. España aporta un 0,9 por ciento de su PIB.
“Lo que España está tratando de hacer es diluir posibles conflictos. España está haciendo esto manejando lo bilateral mediante canales multilaterales. Esta es la novedad”.
El doctor Powell dijo que España, por mucho el país más débil, ha manejado los conflictos sobre lo militar, lo comercial o lo económico a través de la OTAN, la Unión Europea o por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sus siglas en inglés).
Quién sea el ganador en las elecciones presidenciales de Estados Unidos será un tema de importancia para Madrid, como para el resto del mundo, agregó.
“Obviamente este gobierno (en Madrid) se sentiría mejor si Trump no fuese reelecto. Pero la rivalidad entre Estados Unidos y China, tendrá que ser atendida con quien sea que esté en la Casa Blanca. Así que una presidencia de Biden no significa que regresaríamos a los buenos viejos tiempos”.
Una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Pew para el Real Instituto Elcano encontró que entre 14 países europeos, España es el más opuesto a las políticas claves de Trump.
A los encuestados se les preguntó sobre cuatro políticas centrales de Trump, inmigración, el retiro del Tratado Ambiental de Paris, el retiro del acuerdo nuclear con Irán y el aumento de tarifas arancelarias. En cada caso, los españoles, mostraron el más alto nivel de rechazo a las políticas estadounidenses.
Fuertes lazos
Juan Tovar Ruiz, un doctor en relaciones internacionales en la Universidad de Burgos, cree que las relaciones entre las dos naciones son saludables a pesar de los desacuerdos en comercio y defensa.
“Claro, hay diferencias sobre tarifas, las contribuciones a la OTAN y el impuesto Google pero lo que uno tiene que ver es el escenario global y creo que la relación está bastante segura”, le dijo a la Voz de América.
Hasta la fecha, Estados Unidos mantiene dos bases militares en España y Washington ha elogiado la cooperación de Madrid en los esfuerzos por bloquear que la empresa estatal china Huawei participe en la construcción de su red de internet 5G.
“Los operadores líderes de telecomunicaciones en el mundo, incluyendo a la española Telefónica, así como Orange, 02, Jio, Bell Canada, Telus y muchas más, se están volviendo operadores “limpios”. Se están desconectando de la infraestructura del Partido Comunista de China. Están rechazando hacer negocios con herramientas de la vigilancia estatal del Partido Comunista de China, como la compañía Huawei”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, a los periodistas en junio.
Oficialmente, el gobierno español prefería evitar entrar en conflictos.
Una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, dijo que poniendo a un lado las diferencias políticas, lo que es más importante son los fuertes lazos comerciales entre Estados Unidos y España. “Para nosotros, Estados Unidos es el destino más importante de exportaciones fuera de la Unión Europea”, dijo la fuente, que no quiso ser identificada, a la VOA.
El volumen de exportaciones españolas a Estados Unidos ha crecido 131 por ciento en la última década, mientras el número de empresas españolas operando en Estados Unidos ha crecido de 10.000 a 31.000.
Funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Madrid se negaron a hacer comentarios para este artículo.
Nike Ching, de la VOA, contribuyó desde Washington con este reportaje.
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