El tiempo invernal y los daños en carreteras y aeropuertos por el sismo han complicado la respuesta al desastre en una región que ya sufría las consecuencias de más de una década de guerra civil en Siria.
Estados Unidos (VOA) – Miles de personas que perdieron sus hogares en el terremoto catastrófico que sacudió a Siria y Turquía se calentaban este jueves alrededor de hogueras y pedían agua y comida en medio del frío invernal, mientras se calculaba que el total de muertes causadas por el sismo rondaba las 17.000.
Los socorristas continuaban su carrera para sacar a más personas con vida de entre los escombros, mientras se agotaba el tiempo para encontrar nuevos sobrevivientes atrapados.
Aunque las historias de rescates milagrosos alegraban brevemente el ánimo, la dura realidad de las penurias para decenas de miles de personas que han sobrevivido al desastre arrojan una sombra sobre los esfuerzos.
En la ciudad turca de Antakya, decenas de personas trataban de conseguir ayuda ante un camión que repartía abrigos infantiles y otros suministros.
Ahmet Tokgoz, un sobreviviente, pidió al gobierno que evacuara a gente de la devastada región. Aunque muchos de los decenas de miles que han perdido sus hogares han encontrado refugio en carpas, estadios y otros alojamientos temporales, otros han pasado las noches al raso desde el sismo de magnitud 7,8 del lunes.
“Con este frío no es posible vivir aquí”, dijo. “La gente se calienta alrededor de las hogueras, pero las hogueras sólo te calientan hasta cierto punto (…) Si la gente no ha muerto de quedar atrapada bajo los escombros, morirán del frío”.
Este jueves por la mañana llegaron los primeros camiones de ayuda de Naciones Unidas que entraban en las zonas rebeldes en el noroeste de Siria desde Turquía desde el terremoto. Organizaciones más pequeñas han enviado cargamentos, pero la ONU es la única autorizada para llevar ayuda por un paso fronterizo y los daños en las carreteras lo habían impedido hasta ahora.
El tiempo invernal y los daños en carreteras y aeropuertos por el temblor han complicado la respuesta al desastre en una región que ya sufría las consecuencias de más de una década de guerra civil en Siria.
Ese conflicto desplazó a millones de personas dentro de Siria e hizo que muchos dependieran de la ayuda humanitaria. Otros millones de personas buscaron refugio en Turquía, al otro lado de la frontera.
Críticas a las autoridades
A pesar de las dificultades y la falta de equipos, las cuadrillas de rescate hacían sus esfuerzos tanto en Siria como Turquía para buscar sobrevivientes.
La agencia de administración de desastres de Turquía dijo este jueves que unas 110.000 personas están involucradas en los esfuerzos de rescate y que 5.500 vehículos como tractores, grúas, topadoras y excavadores han sido enviadas a las áreas afectadas.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitó el área cerca del epicentro del terremoto en las afueras de la ciudad de Gaziantep y la frontera con Siria.
Allí encontró la frustración de los sobrevivientes que buscan a sus seres queridos o los que esperan la ayuda del gobierno y admitió los problemas con la respuesta de emergencia.
“No es posible estar preparado para un desastre como este”, dijo Erdogan, y prometió llevar asistencia a todos los ciudadanos. También señaló las condiciones invernales y que el terremoto había destruido la pista del aeropuerto de Hatay como ejemplos que han dificultado la respuesta.
En Hatay, Erdal Kahilogullari, cuya esposa y dos hijos estaban bajo los escombros de un edificio colapsado, expresó su frustración al Servicio Turco de la Voz de América. Más de 3.300 personas han muerto en la provincia de Hatay.
“¿No hay 80 provincias? ¿Cómo 80 provincias no pueden ayudar a 10 provincias? Llegar 10 horas tarde está bien, pero ¿dos días? Ni siquiera tenemos agua”, dijo.
Sin equipos, los socorristas no pueden llegar hasta los sepultados, cuyos clamores se escuchan entre los escombros.
“Escucho voces que dicen ‘¡Papá sálvame!’ Estoy desesperado, porque nada puedo hacer. Solo esperar aquí, caminar y regresar al lugar”, lamentó Kahilogullari.
Los sitios de búsqueda han sido escenarios de algunas celebraciones cuando se encuentran sobrevivientes y los llevan a recibir atención médica, pero también se descubren cadáveres que hacen aumentar el número de muertos.
Las autoridades en Turquía dicen que al menos murieron 8.574 personas y más de 38.000 sufrieron lesiones.
En Siria, donde también hay quejas de la lentitud de la respuesta, la cifra de muertos oficial es de al menos 2.530, según el gobierno sirio y grupos de rescate.
El terremoto es ahora el peor evento sísmico desde el terremoto y tsunami que mataron a casi 20.000 personas en Japón en 2011.
Erdogan declaró siete días de duelo nacional y un estado de emergencia en las 10 provincias directamente afectadas por el terremoto.
[Con información de AP y Reuters]
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