Las protestas recientes comenzaron en Irán tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, bajo custodia policial después de haber sido arrestada por violar el código de vestimenta islámico para la mujer.

“El uso ilegal e irresponsable de armas de fuego, incluso con municiones vivas, de las autoridades iraníes contra los manifestantes revela una vez más el trágico alto costo de la inacción internacional”, dijo Heba Morayef, directora de AI para el Oriente Medio y el Norte de África en un comunicado.

Agregó que “todos los estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU deben tomar acciones decisivas ahora mismo y convocar a una sesión especial sobre Irán para prevenir más pérdidas de vidas”.

Amnistía dijo que el miércoles y el jueves las fuerzas de seguridad iraníes “intensificaron su uso de la fuerza ilegal, incluyendo disparos de armas de fuego con municiones vivas, perdigones de metal y gases lacrimógenos, contra manifestantes y dolientes que se habían congregado en las provincias del Kurdistán, Azerbaiyán Oeste, Kermanshah y Lorestán”.

“El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe dejar en claro a las autoridades iraníes que sus crímenes bajo la ley internacional no quedarán sin investigar, o sin penalizar, estableciendo un mecanismo independiente de información y rendición de cuentas en Irán”, continuó Morayef.

“La insuficiencia actual para crear ese mecanismo, a pesar de los asesinatos de manifestantes desde las protestas en todo el país de diciembre de 2017 y enero 2018, es indicativo de cómo tales tragedias brutales en Irán aparentemente se han normalizado”, añadió.

La activista concluyó: “Es hora de que la comunidad internacional escuche los clamores de justicia de las familias de las víctimas y los defensores de los derechos humanos”.

[Con información del Servicio Persa de la VOA]