En declaraciones antes de firmar la orden en la Casa Blanca, Biden dijo que la medida “compromete al gobierno federal a la aplicación completa y agresiva de nuestras leyes antimonopolio”. La orden requiere que una docena de agencias federales administren 72 iniciativas destinadas a disminuir las prácticas anticompetitivas en una multitud de sectores económicos.

Un importante grupo empresarial estadounidense criticó la iniciativa por considerarla una intervención gubernamental de mano dura en el sector privado.

“Sin una competencia sana, los grandes actores pueden cambiar y cobrar lo que quieran. Y tratarte como quieran. Y para muchos estadounidenses, eso significa aceptar un mal trato”, dijo Biden. “Soy un capitalista orgulloso. Permítanme ser muy claro: el capitalismo sin competencia no es capitalismo, es explotación”.

Áreas de interés

El decreto se dirige a los monopolios corporativos y ordena a las agencias antimonopolio que concentren sus actividades de aplicación de la ley en las industrias de agricultura, trabajo, salud y tecnología.

Una hoja informativa de la Casa Blanca dice que la orden “reducirá los precios para las familias, aumentará los salarios de los trabajadores y promoverá la innovación y un crecimiento económico aún más rápido” al tiempo que ayudaría a compensar décadas de consolidación acelerada entre las corporaciones.

“En más del 75% de las industrias de EE. UU., un número menor de grandes empresas ahora controla más del negocio que hace 20 años. Esto es cierto en el sector de la atención médica, los servicios financieros, la agricultura y más”, señala la hoja informativa. “Esa falta de competencia eleva los precios para los consumidores”.