Mientras tanto, los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes entre los escombros del edificio en Surfside a siete días de las catástrofe, pero las posibilidades de encontrar a alguien con vida han disminuido considerablemente.

Hasta este jueves, las autoridades han recuperado 18 víctimas fatales, entre ellas dos niños, y 145 personas siguen desaparecidas.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el presidente y la primera dama se reunirán con los familiares “que se han visto forzados a soportar esta terrible tragedia” y también agradecerán el esfuerzo de los socorristas.

A una pregunta de si Biden iría al edificio desplomado, Psaki dijo que esos detalles no se habían decidido aún, pero que el presidente señaló que cada paso de su visita debería coordinarse con las autoridades en el terreno.

“Todavía hay un esfuerzo de búsqueda y rescate en el lugar y queremos asegurar que no hagamos nada que interfiera con esos procedimientos”, explicó la portavoz el miércoles a los reporteros.

El presidente asistirá primero a una sesión informativa junto al gobernador republicano de la Florida, Ron DeSantis, quien es percibido como un posible candidato presidencial en 2024.

Biden partió desde la Base Aérea de Andrews, en Maryland, alrededor de las 7:30 de la mañana, y viajó acompañado por la representante Debbie Wasserman Schultz, cuyo distrito incluye el lugar del derrumbe, la directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, y la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.

El presidente emitió una declaración de emergencia y asignó asistencia federal a las autoridades estatales y locales de la Florida.

FEMA ya tiene a más de 60 personas en la Florida y activó cinco equipos de búsqueda y rescate urbano para ayudar en las labores de socorro, informó la portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre a los reporteros en el avión presidencial.

Es la segunda visita de Biden a un sitio de desastre desde que asumió la presidencia. En febrero, viajó a Texas después de una tormenta invernal que dejó a millones de personas sin agua y electricidad por varios días y provocó varias muertes.

DeSantis dijo el miércoles que las labores en Surfside es la mayor respuesta a un desastre no relacionado con huracanes en la Florida.

[Con información de Reuters]