“Lo que necesitamos es desbloquear la terminal de combustible para que podamos obtener combustible para bombear agua limpia, para reabrir los hospitales, para permitir que las familias tengan acceso a agua potable”, dijo Ulrika Richardson, residente de la ONU y coordinadora humanitaria para Haití.
La terminal de Varreux, que es el principal punto de entrada de combustible a Haití, ha sido bloqueada por bandas armadas desde mediados de septiembre, lo que ha provocado una escasez generalizada de combustible.
“Esto está matando gente, literalmente matando gente”, dijo Richardson a los periodistas sobre la escasez, durante una sesión informativa en video desde Haití.
La nación insular del Caribe ha estado en las garras de la violencia generalizada impulsada por pandillas durante más de un año. Buscan explotar el vacío político que dejó el asesinato del presidente Jovenel Moise en su casa de Puerto Príncipe el 7 de julio de 2021.
Naciones Unidas estima que 1,5 millones de personas se han visto directamente afectadas por la violencia y 20.000 han huido de sus hogares en busca de seguridad. La violación y otras formas de violencia sexual se utilizan “sistemáticamente”.
Vuelve el cólera
Haití, que ya es el país más pobre del hemisferio occidental, ha tenido sus problemas agravados por una grave crisis económica que ha provocado protestas masivas y saqueos, y ahora el regreso del cólera.
Richardson dijo el domingo que había dos casos confirmados de la enfermedad transmitida por el agua, después de casi tres años sin un caso reportado. Desde el domingo, dijo, ha habido 11 casos confirmados y siete muertes.
Actualmente hay 111 casos sospechosos y alrededor de otras 20 muestras pendientes de resultados en el laboratorio nacional, pero las cifras reales podrían ser “mucho más altas”, dijo. Todos han sido en la capital, Puerto Príncipe, pero en varios barrios.
Advirtió que la situación puede evolucionar rápidamente, y con las condiciones actuales en el país, Haití podría estar “preparado para un aumento bastante exponencial, si no explosivo, de casos de cólera”.
Una epidemia de cólera asoló el país después del devastador terremoto de 2010, que infectó a más de 800.000 personas y mató a unas 10.000. El brote se atribuyó a las aguas residuales de un campamento de mantenimiento de la paz de la ONU que contaminó un suministro principal. La ONU tardó seis años en admitir su papel en la epidemia.
Canadá organiza reunión por Haití
También el jueves, el gobierno de Canadá celebró en Lima una reunión sobre la situación en Haití, a la que el secretario de Estado, Antony Blinken, se sumó por parte de Estados Unidos para recalcar su preocupación “por el deterioro de la situación sobre el terreno”, informó el departamento en un comunicado.
Blinken condenó “los actos de violencia, los saqueos, la destrucción de las últimas semanas, incluido el continuo bloqueo de combustible de las pandillas, que ha tenido un impacto devastador en todo Haití, socavando la salud y la seguridad de miles de personas”.
Desde la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca, apuntó el secretario de Estado, la Administración ha asignado más de 90 millones de dólares en asistencia de seguridad, a fin de robustecer la capacidad operativa de la policía haitiana en su enfrentamiento con las pandillas.
[Luis Felipe Rojas, periodista de VOA, contribuyó con este reporte]
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