Aproximadamente 6 de cada 10 republicanos dijeron tener “mucha” o “bastante” confianza en que los votos de las elecciones presidenciales del año pasado se contaron correctamente en todo el país, según la encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC.

Esto representa un aumento significativo respecto a los aproximadamente 2 de cada 10 republicanos que confiaban en una encuesta de AP-NORC en octubre. Y alrededor de dos tercios de los republicanos en la encuesta de diciembre dijeron que confiaban en el recuento de votos de su estado, un aumento respecto al 40 % antes de la elección.

Esto ayudó a aumentar la proporción de estadounidenses que dicen tener “mucha” o “bastante” confianza en la precisión de la elección a aproximadamente 6 de cada 10. Esto es más alto que en octubre, cuando aproximadamente la mitad de los estadounidenses decían estar muy confiados de que los votos se contarían de manera precisa.

El ambiente es sustancialmente diferente al de hace cuatro años, cuando los seguidores de Trump, impulsados por sus falsas afirmaciones de una elección robada, agredieron a la policía y se abrieron paso a la fuerza en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, para interrumpir la certificación de la victoria de Biden. Semanas después, una encuesta de AP-NORC encontró que alrededor de dos tercios de los republicanos decían que Biden no fue elegido presidente legítimamente.

Esa creencia persistió durante la presidencia de Biden y hasta las elecciones del año pasado, mientras Trump continuaba sembrando dudas sobre la precisión de las elecciones en Estados Unidos. Incluso lo hizo el día de las elecciones, horas antes de que quedara claro que ganaría.

Pero desde la victoria de Trump en noviembre, las sospechas de los republicanos sobre la seguridad electoral en todos los niveles, incluida la confianza en sus propios funcionarios electorales locales, han disminuido sustancialmente.

No hubo indicios de problemas antes de la elección a pesar de los intentos de Trump de sentar las bases para impugnar la precisión del recuento si perdía la votación. Tampoco hubo preguntas reales sobre la integridad del recuento de 2020, que fue confirmado por una amplia gama de auditorías estatales, recuentos y revisiones, algunas de las cuales fueron lideradas por republicanos, incluido el propio Departamento de Justicia de Trump.

Las amenazas hacia los funcionarios electorales locales se dispararon después de 2020, lo que llevó a una ola de administradores veteranos a dejar sus cargos. En una señal potencial de que esas hostilidades podrían disminuir, la encuesta encontró que aproximadamente 7 de cada 10 estadounidenses tienen “mucha” o “bastante” confianza en que los votos en la elección presidencial de 2024 fueron contados de manera precisa por sus funcionarios electorales locales, un aumento respecto al 60% en octubre.

Este movimiento fue impulsado casi en su totalidad por los republicanos: aproximadamente 7 de cada 10 tenían mucha confianza en los recuentos de los funcionarios locales en diciembre, en comparación con aproximadamente la mitad en octubre.

La confianza de un grupo en la integridad de la elección disminuyó: los demócratas. Su confianza en el recuento de votos nacional disminuyó de aproximadamente 7 de cada 10 a aproximadamente 6 de cada 10, aunque su certeza en la precisión de los recuentos de votos estatales se mantuvo estable.

Sin embargo, la disminución en la confianza demócrata no se acerca a la escala de escepticismo entre los republicanos después de la derrota de Trump en 2020. La candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, reconoció su derrota ante Trump al día siguiente de las elecciones y no ha habido un esfuerzo demócrata organizado para impedir la transición de la presidencia a Trump, como lo hubo entre algunos conservadores en 2020 para tratar de bloquear que Biden asumiera la presidencia.