Las autoridades de salud de Corea del Sur eliminaron el uso obligatorio de la máscara en interiores, pero muchos residentes de Seúl afirman que la seguirán usando.
Seúl (VOA) – Corea del Sur anunció este viernes el fin de un mandato de usar mascarillas en interiores, una de las últimas restricciones aún vigentes en el país por la pandemia del COVID-19.
Las autoridades de salud dijeron que a partir del 30 de enero cubrirse la boca y la nariz ya no será requerido en espacios interiores, excepto en los hospitales, las farmacias y el transporte público.
La medida se tomó tras una disminución de los casos de COVID-19 y una situación general de control de la pandemia, explicaron las autoridades.
“Puede esperarse algún aumento de casos después de la eliminación de la obligatoriedad de la máscara, pero debido a la situación actual en Corea no esperamos un repunte mayor”, dijo el comisionado de la Agencia de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur, Jee Young-mee.
El anuncio coincidió con la fecha exacta hace tres años en que Corea del Sur reportó su primer caso de COVID.
Corea del Sur es el último país desarrollado del mundo que levanta el uso obligado de la máscara en espacios interiores y uno de los pocos donde se espera que se siga utilizando en casi todos los lugares públicos.
En Seúl, un área metropolitana densamente poblada donde reside casi la mitad de los habitantes del país, muchos expresan su desacuerdo con eliminar el mandato de la máscara.
“Es muy pronto”, dijo Kim Da-young, una estudiante de enfermería de 30 años, quien teme un repunte de casos de coronavirus. “Todavía me siento nerviosa sin la máscara, así que sigo usándola”.
En una encuesta divulgada este mes, el 66 % de los surcoreanos dijeron que continuarán usando máscaras aunque se levante el mandato. Otros sondeos reflejaron que un gran número de surcoreanos ni siquiera vislumbran una situación en que la máscara no sea necesaria.
En Seúl, las máscaras se han convertido en una práctica común, incluso fuera de áreas interiores concurridas. La gran mayoría de los residentes las usan cuando caminan al aire libre, muchos conduciendo sus automóviles, cuando corren por senderos vacíos o en los bancos de los parques.
Otros dicen que para qué van a andar sin máscaras si se las tienen que poner de nuevo en los autobuses y los trenes, y muchos que viven con ancianos que son más susceptibles a las enfermedades. Corea del Sur tiene una de las poblaciones de más edad del mundo.
“La gente lleva usando las máscaras por largo tiempo y comprendo que quieran deshacerse de ellas”, dijo Choi Seo-hyun, una residente de Seúl. “¿Pero no será aún un poco peligroso no usarlas en interiores?”
Se cree que el uso generalizado de la máscara fue una de las razones por la que Corea del Sur fue capaz de prevenir las muertes masivas por COVID-19 que se vieron en otros países, sin tener que recurrir a confinamientos similares.
Otros factores fueron el rápido y efectivo sistema de rastreo de contactos, ya eliminado, y un sistema nacional de atención de la salud asequible para todos.
Corea del Sur ajustó rápidamente sus políticas de COVID cuando cambiaron las condiciones. Casi todas las restricciones por la pandemia ya han sido levantadas, a excepción de la guía de siete días de aislamiento para quienes reciban un resultado positivo en un sitio de pruebas oficial.
El país impuso además nuevas reglas para los visitantes de China, que ha sufrido un elevado repunte de casos después de abandonar su política de cero COVID.
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