Como educador, Walz enseñó historia, cultura e inglés estadounidense a estudiantes chinos en la Escuela Secundaria Foshan No.1, en la provincia sureña de Guangdong. Lo hizo en 1989, el año en el que cientos de miles de estudiantes chinos protestaron contra el gobernante Partido Comunista Chino en la Plaza de Tiananmen.

“China venía, y esa es la razón por la que fui”, dijo Walz en una entrevista de 2007 con el medio The Hill.

Durante su período de enseñanza de un año en China, Walz fue apodado “Campos de China” por sus estudiantes, debido a su amabilidad.

Su estadía en el país tuvo un impacto en sus perspectivas de la vida de los chinos bajo el gobierno comunista.

“Si tuvieran el liderazgo adecuado, no hay límites a lo que podrían lograr”, dijo en una entrevista con el Star Herald en 1990, describiendo la enseñanza en China como “una de las mejores cosas” que ha hecho.

Su interés por el grande asiático no se detuvo ahí. Al regresar a Estados Unidos, Walz y su esposa crearon una empresa llamada “Educational Travel Adventures” para coordinar viajes de verano a China para estudiantes de secundaria estadounidenses.

Cinco años después de las protestas de la Plaza de Tiananmen y la , Walz regresó a China con su esposa para su luna de miel y, al regresar, trajeron con ellos a dos grupos de turistas de escuelas secundarias estadounidenses.

Walz continuó dirigiendo el programa de intercambio de verano a China para estudiantes estadounidenses con su esposa hasta 2003.

Defensa de los derechos humanos en China

Después de convertirse en miembro del Congreso en 2007, Walz continuó centrándose en cuestiones relacionadas con el país asiático. Durante su tiempo en el Congreso, Walz formó parte de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China, que se centra exclusivamente en temas de derechos humanos en el país.

Walz se estableció rápidamente como un crítico vocal del gobierno chino, celebrando reuniones periódicas con activistas de alto perfil de China y Hong Kong, incluido el destacado activista de Hong Kong, Joshua Wong, y el líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama.

En una entrevista con la VOA en 2014, Walz relató su impresión de presenciar cómo se desarrollaba la protesta liderada por estudiantes en la Plaza de Tiananmen. “Recuerdo despertarme y ver las noticias el 4 de junio de que había sucedido lo impensable”, dijo.

Si bien la mayoría de los estadounidenses en ese momento decidieron abandonar China debido a preocupaciones de seguridad tras las protestas en 1989, Walz dijo que sentía que era “más importante que nunca ir” a China porque quería asegurarse de que “se contara la historia” y que el pueblo chino supiera que el mundo exterior estaba con ellos.

Además de colaborar con activistas de China y Hong Kong, Walz también copatrocinó varias resoluciones sobre cuestiones clave de derechos humanos, incluida la y del activista chino Huang Qi, así como la firma conjunta de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, en 2017.

En uno de sus discursos en Congreso, en 2016, Walz destacó la importancia de tener “diálogos constructivos” con Beijing para garantizar “la preservación de la cultura tibetana tradicional y la frágil ecología del Tíbet”.

“Estados Unidos se fundó sobre las ideas de la libertad universal, y creo que debemos seguir instando al gobierno chino a proporcionar una libertad religiosa menos regulada a los tibetanos”, dijo en ese momento.

Impulso de la política exterior

Además de ser un crítico vocal del historial de violación de derechos humanos de China, Walz también expresó su preocupación por el intento del gobierno de ese país de expandir su en 2016, citando los esfuerzos de Beijing para construir islas artificiales en el agua en disputa como la razón para oponerse al intento de Washington de reducir el gasto militar.

A pesar de su firme postura, Walz continuó enfatizando la importancia de mantener la cooperación entre las dos potencias. “No entro en la categoría de que China necesariamente necesita ser una relación adversaria”, dijo en una entrevista en video con Agri-Pulse Communications.

“Creo que tenemos que mantenernos firmes en lo que están haciendo en el Mar Meridional de China, pero hay muchas áreas de cooperación en las que podemos trabajar”, agregó Walz.

Algunos analistas consideran que las profundas conexiones de Walz con China y su historial en la diplomacia entre Estados Unidos y China podrían ayudar a la pareja presidencial demócrata a tomar decisiones más informadas sobre política exterior.

“Creo que [su aparición como candidato demócrata a la vicepresidencia] va a tranquilizar a mucha gente que se preocupa mucho por la política exterior estadounidense en esta parte del mundo, sabiendo que hay alguien en la boleta que está informado, ha pasado tiempo en la región y no está comenzando desde cero cuando se trata de aprender sobre la política exterior estadounidense en el este de Asia. “, dijo Lev Nachman, politólogo de la Universidad Nacional de Taiwán.

Agregó que dado que Walz ha expresado muchas opiniones humanistas sobre el pueblo chino, el pueblo tibetano y los hongkoneses, el gobernador de Minnesota podría agregar más matices al en Estados Unidos.

“Es posible que pueda articular la necesidad de hacer retroceder el autoritarismo y las violaciones de los derechos humanos de China en diferentes partes del mundo de una manera que no denigre a los ciudadanos chinos o que no se incline antagónicamente en esta retórica táctica abiertamente aterradora en la que creo que se ha convertido gran parte del discurso entre Estados Unidos y China en EEUU. “, enfatizó Nachman a la por teléfono.