La votaión de 234-188 se produjo después de que suficientes demócratas se unieran a los republicanos para censurar a Tlaib, un castigo un paso por debajo de la expulsión de la Cámara. La congresista durante tres mandatos ha sido durante mucho tiempo blanco de críticas por sus opiniones sobre el conflicto de décadas en Medio Oriente.

El debate sobre la resolución de censura del martes por la tarde fue emotivo e intenso. El representante republicano Rich McCormick de Georgia impulsó la medida en respuesta a lo que llamó la promoción de la retórica antisemita por parte de Tlaib. Dijo que ella ha “impuesto falsedades increíbles sobre nuestro mayor aliado, Israel, y el ataque del 7 de octubre”.

Con otros demócratas a su lado, Tlaib defendió su postura diciendo que “no será silenciada y no dejaré que distorsionen mis palabras”.

Añadió que sus críticas al Estado judío siempre se han dirigido a su gobierno y su liderazgo bajo el primer ministro Benjamín Netanyahu.

“Es importante separar al pueblo y al gobierno”, afirmó. “La idea de que criticar al gobierno de Israel es antisemita sienta un precedente muy peligroso. Y se ha utilizado para silenciar diversas voces que defienden los derechos humanos en toda nuestra nación”.

Esas críticas alcanzaron nuevas alturas después del ataque del 7 de octubre por parte del grupo terrorista Hamás que dejó cientos de israelíes muertos y decenas de heridos. Tlaib, que tiene familia en Cisjordania, fue objeto de fuertes reprimendas después de que no condenó inmediatamente a Hamás después del ataque.

Inicialmente, todos los demócratas apoyaron a Tlaib y ayudaron a derrotar la primera resolución de censura en su contra la semana pasada. Pero desde entonces, muchos de sus colegas, incluidos destacados miembros judíos, se han vuelto más conflictivos con su retórica sobre la guerra, especialmente debido a un eslogan que ha utilizado con frecuencia y que es ampliamente visto como un llamado a la erradicación de Israel.

Al final, más de 20 de ellos se unieron a los republicanos el martes por la noche para censurarla después de que un intento de archivar la medida fracasara ese mismo día.

La última campaña de censura resultó en una dramática votación en la Cámara de Representantes en medio de tensiones políticas por la actual y mortífera guerra entre Israel y Hamas.

Si bien la mayoría de ambos partidos históricamente se han mantenido firmemente del lado de Israel, han surgido divisiones en el Partido Demócrata sobre la respuesta estadounidense.

El representante Brad Schneider, demócrata por Illinois, el único demócrata que votó con los republicanos el martes para avanzar en la resolución de censura, dijo que creía que era importante debatir el lema “del río al mar”.

“No es más que un llamado a la destrucción de Israel y al asesinato de judíos”, dijo el demócrata judío. “Siempre defenderé el derecho a la libertad de expresión. Tlaib tiene derecho a decir lo que quiera”.

Y añadió: “Pero no puede quedar sin respuesta”.

Si bien la censura de un legislador no tiene ningún efecto práctico, equivale a un severo reproche por parte de sus colegas, ya que a los legisladores que son censurados generalmente se les pide que permanezcan en el pozo de la Cámara mientras se lee en voz alta la resolución de censura en su contra.

Pero la resolución contra Tlaib no requirió amonestación pública.

Con la votación, Tlaib se convertirá en la segunda mujer musulmana estadounidense en el Congreso en ser amonestada formalmente este año por sus críticas al Estado judío.

La representante Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, fue destituida en febrero del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes por comentarios similares que hizo sobre Israel.

Algunos en la izquierda han criticado la postura del presidente Joe Biden y lo han instado a poner condiciones al apoyo de Estados Unidos a Israel mientras su agresiva campaña militar aumenta el número de muertos palestinos.

Si bien la votación contra Tlaib se llevará a cabo en el extraordinario contexto de la guerra, la presión para censurarla es parte de un patrón creciente en la Cámara.

Durante mucho tiempo se había considerado que la censura era un castigo de último recurso, apenas un paso por debajo de la expulsión y que sólo podía aplicarse en caso de las faltas más atroces. Pero las resoluciones de censura se están volviendo rápidamente rutinarias en la cámara, a menudo esgrimidas de manera sorprendentemente partidista.

Muchos demócratas y algunos republicanos que se opusieron a censurar a Tlaib citaron la libertad de expresión y advirtieron sobre el precedente que sentaría.

“Esta resolución no sólo degrada nuestra Constitución, sino que degrada el significado de la disciplina en este organismo para las personas que realmente cometen acciones ilícitas como soborno, fraude, agresión violenta, etc.”, dijo el representante Jamie Raskin, demócrata por Maryland, quien defendió a Tlaib contra la resolución presentada el martes por la noche.

También se había programado una votación de procedimiento para una segunda resolución de la representante Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia, para censurar a Tlaib el martes por la noche. Pero esa medida quedó en suspenso después de que la resolución de censura de McCormick avanzara a una votación final.

Tlaib es ahora la persona número 26 en ser censurada por la cámara, y la segunda este año. En junio, los republicanos votaron a favor de censurar al demócrata Adam Schiff de California por los comentarios que hizo hace varios años sobre las investigaciones sobre los vínculos del entonces presidente Donald Trump con Rusia.

Cuando la Cámara estaba bajo control demócrata, el representante republicano Paul Gosar de Arizona fue censurado en 2021 por tuitear un video animado que lo mostraba golpeando con una espada a la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York. Y el representante demócrata Charlie Rangel de Nueva York fue censurado en 2010 por mala conducta financiera y de campaña grave.