Por enésima vez en esta vida, me han mandado a la mierda. No sé si se debe a mi exquisita personalidad o a mi diplomática forma de tratar a las personas, pero estoy soltera de nuevo, incluso más soltera que nunca, si es que ese estado del ser humano puede medirse en alguna clase de magnitud. Eso no representaría ningún problema para mí, si no fuera por la insistencia del mundo a mi alrededor, conspirando para hacerme sentir más sola que un calcetín saliendo de la secadora.
Se cuenta que me han visto comer sola, se rumora que me cargo unas ojeras más negras que mis intenciones con el chico nuevo de la oficina; entonces aparecen los primeros comentarios que intentan subir mi ánimo, que pretenden despertar nuevamente mi interés por la vida, porque al final de cuentas…
Ya llegará el indicado, tú espera
¿El indicado para qué?; ¿esperar qué?; ¿estaba esperando algo? Tal parece que nací para esperar al indicado, al adecuado para acompañarme a sobrevivir el resto de mi existencia, aquel al que le entregaré mi amor, mi vida, mis sueños. Al que le presentaré a mis padres, al que le dejaré mantener la luz encendida de la habitación, y mostraré en fotografías a conocidos y demás. Pero yo ya había encontrado al indicado y resultó que siempre no era el indicado, no fue el momento indicado o yo no era la indicada.
Dejando en claro eso, cabe destacar la importancia de encontrar ese segundo/tercero/cuarto/quinto/enésimo indicado, esa importancia que salta en la frente de mi padre cuando me dice que quiere nietos, y en los ojos de los hombres que me hablan de repente y hacen la forzada pregunta sobre mi “indicado”.
¿Es muy necesario que encuentre otro indicado para mí?
Los calcetines fueron fabricados de dos en dos, pero yo me hice de manera individual. Tampoco es que vaya dejar de vivir y quedarme esperando a ese tal señor indicado que quizás nunca llegue. ¿Es tan difícil que ande por ahí sin un par, sin catalogarme como alguien que está esperando a otro alguien?
Estar soltera no significa que esté buscando novio. En mi caso ahora significa que lo intenté una vez más y no funcionó, que por el momento no vislumbro la posibilidad próxima de tener una relación con alguien; pero también pudiera significar que estoy mejor siendo dueña de mis tiempos, que me gusta más enfocarme en proyectos personales, o que salgo con tres tipos al mismo tiempo.
En cierta forma es cómodo estar soltera, una mujer es más auténtica cuando lo está, es más ella misma, conoce más desconocidos, se peina menos, se ríe más y sin embargo no falta quien me dice…
Arréglate, haz algo por ti
Por mí hago muchas cosas. Por mí me levanto cada mañana a verme en el espejo y decirme: “No mames, hoy no me baño” y regresó a mi cama a dormirme una hora más los domingos. Por mí, y sólo por mí, me salgo al patio y prendo un cigarro para ver las estrellas y preguntarme qué pensarán ellas cuando me ven desde arriba. Por mí tomo todos los días el transporte público y llego hasta mi trabajo despidiéndome de la luz del sol por varias horas.
Por mí, me desparramo en el sillón a jugar Candy Crush y vivo mi duelo escribiendo lo que siento, lo que pienso y odiando un poco más a este mundo que me exige que haga cosas absurdas como maquillarme, como usar tacones, como tomarme fotos sonriendo y ponerme plásticos en las uñas para que parezcan más largas, me vea sensual y dé una idea errónea de lo que verdaderamente soy, convirtiéndome en lo que los demás quieren que sea, para poder así encontrar al indicado, que aguante mi neurosis y me haga unos tres hijos y entonces sí, poder decir que cumplí mi misión en esta tierra.
Claro, para que alguien me quiera, debo ser linda, pero sobre todo…
Debes de quererte tú misma, antes de querer a alguien más
E insisto, yo no tengo problemas conmigo, me gusta lo que soy: me gusta la persona simple, absurda, ordinaria, mal viajada, neurótica, emocional, terca e impulsiva que soy. (¿A poco no soy un amor?) Es mi ex el que tenía problemas con eso y decidió que estábamos mejor de lejos. Y son mis prospectos los que pudieran tener objeción en pasar tiempo a mi lado, y no los culpo en absoluto.
Y bueno, ¿Por qué querría estar yo a un lado de alguien que no me soporta?; ¿o por qué tendría que fingir ser otra persona para que alguien quiera estar conmigo? En ese caso, me quiero más estando sola, aun y cuando no quisiera estarlo, porque finalmente sólo yo me aguanto y sé qué historias me cuento y sé qué cosas me cargo. ¿Cómo no quererme? Y bueno, alguien debe de quererme por ahí, porque finalmente…
Hay muchos hombres más
Entre ellos, abusadores sexuales, drogadictos, violadores, machistas, pederastas y ladrones; sin contar los que no tienen trabajo, los que viven en la calle, los alcohólicos y los que no me atraen más que una semana entera de periodo menstrual. También están los seminaristas, los casados, los homosexuales, los de la preparatoria y millones y millones más de buenos prospectos en los que puedo desfogar mis ansias de amar y ser amada.
Porque lo importante es no estar sola (y de preferencia, estar con el indicado). ¿Por qué habría de preocuparme? Hay millones por ahí. En realidad me cohíbe pensar la cantidad tan grande de hombres que existen, que pudieran asaltarme, o los que ahora saben que ya no tengo novio y vendrán a buscarme y a tratar de convencerme de no sé qué cosas (o tal vez sí sé).
No me interesa cualquier hombre, saber que hay millones y millones en el mundo me es tan útil y tan estimulante como lo sería saber cuántos kilogramos de arena hay en las playas del mundo. Así que al diablo con todo eso; cuando quieras hacer sentir mejor a una soltera, mejor pregúntate si ella necesita que la hagas sentir mejor. Estar en pareja no es por fuerza el estado óptimo del ser humano. La soledad también es buena compañía.
Karen Cano ha escrito también su opinión sobre el discurso de Poniatowska por el premio Cervantes (tampoco le pareció el indicado); ¿te han dicho estas u otras verdades irreversibles e inmortales del mundo mundial cuando terminaste con tu significant other y las encuentras igual de fascinantes? Déjalo abajo, en los comentarios y si la lista te gustó, no olvides compartirla en facebook, twitter o el remitente de tu próxima y significant carta explosiva.
Originalmente publicado en MéxicoKafkiano.com el 16 de Mayo de 2014
Karen Cano
Escritora, feminista y periodista de Ciudad Juárez, sobreviviente de la guerra contra el narco, egresada de la Universidad Autónoma de Chihuahua, reportera desde el 2009; ha trabajado para distintos medios de comunicación y su trabajo literario ha sido publicado en Ecuador, en Perú y en distintas partes de México.