[tps_header]

La liberación femenina ha roto poco a poco con los paradigmas de lo que debe ser una mujer. Cada década ha tenido sus variantes en esta materia, sus aciertos y logros en cuestiones de equidad de género y aunque aún falta mucho camino por recorrer, celebro gustosa y sin sostén cada pequeño paso hacia el “No soy una vagina, soy alguien y estoy viva” de la canción jamás exitosa y olvidada: Polen, de la cantante que nadie se acuerda, Lynda.

Fue alrededor de los ochentas cuando la mujer empezó a desatar sus “demonios” sexuales. Figuras como Madonna, por ejemplo, fueron tejiendo el camino hacia el derecho de las chicas por ejercer su sexualidad sin ataduras. A propósito de ello, un par de décadas más tarde, estamos llenos de madres solteras. No estoy diciendo que Madonna tenga la culpa de ello, ahí deben incluirse otros factores culturales, como la irresponsabilidad y las creencias arraigadas en el colectivo acerca de la juventud y la paternidad.

Actualmente, en este lado del charco, figuras como Jenny Rivera y programas de “alto contenido cultural” que hacen presencia en los horarios estelares de la televisión pública, han exacerbado la imagen de la mujer que es madre sin tener el apoyo del padre.

Y estoy harta de todo eso.

Es por eso que he decidido hacer la lista de las cuatro cosas que NO es una madre soltera; partiendo del hecho de que ya de por si nuestra cultura latina pone a la madre en un pedestal; porque la figura materna lo es todo y su poder se potencializa al no tener un hombre a su lado, convirtiéndola en:

[/tps_header]

1.-Padre y madre al mismo tiempo.

No veo la forma de ser ambas cosas, ni biológica ni emocionalmente hablando. ¿Cuál es la diferencia entre ser uno u otro? La paternidad y la maternidad solo se distinguen por el género, pero hablando de una forma justa, ambos padres tienen la misma carga de responsabilidades respecto al hijo: Educarlo y ayudarlo a crecer.

No, no se puede ser mamá y papá; no existe tal cosa, es redundante afirmarlo así. Quienes los hacen, sugieren que la mujer cumple los dos roles tradicionales de una familia, al mantener al hijo y educarlo; pero desde mi perspectiva, esos roles ya no existen.

Los hogares en donde el padre trabaja y lleva el sustento a la familia y la madre educa y mantiene caliente el nido, están en peligro de extinción. Hoy una mujer estudia y ejerce su profesión, y un hombre puede lavar los platos o preparar la cena, y el mundo no se cae en prejuicios.

Decir que soy madre y padre porque trabajo para mantener a mi hijo es retroceder varios pasos en el camino a la equidad. Lo natural es que trabaje y haga todo lo posible para solventar mis gastos, sobre todo si en ellos se involucran los de mi hijo.

¿Qué hay de honorable en ser responsable de uno mismo?

Y sin embargo, considero que el decir que una mujer es más valiosa por ser madre y no tener pareja es cada vez más visto como una muestra ostentosa del falso orgullo del género femenino, traer un bebé al mundo me hace…