Este es uno de los periodos más importantes de nuestra historia, ya que el 27 de septiembre de 1821 se logra la Independencia del Virreinato de la Nueva España de la península Ibérica, con el documento titulado “Acta del Independencia del Imperio Mexicano”.
Tal acontecimiento fue encabezado por el comandante en jefe del ejército realista, Agustín de Iturbide, quien de su pluma y de las campañas militares contra los insurgentes, nació el “Plan de Independencia de la América Septentrional” el 24 de febrero de 1821, mal llamado “Plan de Iguala”. Allí se expone el fundamento de la Independencia, pero también fue una carta intelectual y fraterna que connota madurez para poner fin a la guerra fratricida.
En este sentido el líder insurgente, Vicente Guerrero, antepuso la razón y el diálogo a la fuerza, pactando la paz y la Independencia con Iturbide. Viéndose identificado él y su gente con el Plan de Independencia. Sin embargo, por muchos años la historiografía archivó este acontecimiento de gran trascendencia, no sólo para nuestro país sino para Hispanoamérica y el mundo. Por ser un documento moderno, filosófico, propositivo e iniciador del siglo XIX; sin embargo, después de la Constitución de Cádiz y de la mano de una generación nacida a finales del siglo XVIII e iniciadores del siglo XIX.
Ahora retomemos otro hecho posterior a la proclamación del Plan de Independencia. Entrado el mes de agosto de 1821, Agustín de Iturbide investido como comandante en jefe del Ejército Trigarante, se entrevistó en la villa de Córdoba con Juan O´Donojú jefe político superior de la Nueva España, miembro de la masonería escocesa y recién llegado de España nombrado por el rey. En las reuniones que celebraron ambos jefes, acordaron los términos políticos en los que se llevarían a cabo la Independencia. Entre ellos el trono del nuevo imperio para un miembro de la familia Borbón y la relación futura de amistad con España, todo ello quedó escrito y firmado en el documento llamado “Los Tratados de Córdoba” el 24 de agosto de 1821.
Mientras tanto en a lejana provincia de la Nueva Vizcaya, actuales Estados de Chihuahua y Durango. Se libraban batallas dramáticas por el sitio puesto a la ciudad de Durango (de las pocas ciudades en la América Septentrional), por las tropas Trigarantes al mando del general Pedro Celestino Negrete, de origen peninsular, agente de confianza de Iturbide y miembro de la masonería escocesa. El comandante de la plaza sitiada fue el brigadier y gobernador intendente, Diego García Conde. En Durango se concentró todo lo que quedó del Ejército Realista y de las tropas expedicionarias que llegaron de España. Que fueron el batallón de Asturias y los regimientos de Zamora y Zaragoza. Lo que volvió a la Nueva Vizcaya el último bastión realista y leal al gobierno con sede en Madrid, mientras en Córdoba se firmaban los acuerdos políticos de la Independencia.
Al final los sitiados entregaron la plaza y el general Negrete ocupó la ciudad de Durango el 6 de septiembre de 1821, los que firmaron la capitulación fueron los señores José Ion de Iturribarria y Miguel de Zubía, en representación de la Diputación Provincial.
Con este acontecimiento, otro personaje importante, pero poco conocido, el mariscal Alejo García Conde (hermano mayor del gobernador intendente) en calidad de comandante general de las Provincias Internas de Occidente; jurisdicción militar y autónoma al virreinato de la Nueva España, con sede en la villa de Chihuahua. Recibió el documento de la capitulación el 18 de septiembre y al otro día los Tratados de Córdoba, no obstante, ese mismo día ordenó que la Independencia fuera proclamada el 19 de septiembre de 1821.
Sin demora, el comandante general ordenó para el día 20 de septiembre de 1821 los preparativos correspondientes para que la Independencia fuese jurada por él y las demás autoridades. La ceremonia cívica consistió en: repique de campanas, salva de artillería, misa con Te Deum y tres noches de iluminación. Procuró instrucción al Ayuntamiento y a la Iglesia de la villa, a que cumplieran sus funciones. Finalizando con lo siguiente:
“Todo lo anterior a V.S. con el objeto de que disponga por su parte lo que corresponde a su ejercicio, en el concepto de que asistiré con V.S. a la función de Yglesia [Iglesia] para lo que espero que ese Ylustre [Ilustre] cuerpo esté y convide a las autoridades y demás personas que den más lustre a la concurrencia.” (AHMCH).
Como bien lo indicó su sentido de autoridad, después de su juramento, ordenó a los demás gobernadores de las provincias de su jurisdicción, a que proclamaran y jurarán la Independencia. Aquellas provincias son los actuales Estados de Sonora, Sinaloa, Nuevo México, Colorado y la mitad de Texas.
Primera foja del Plan de Independencia de la América Septentrional del puño y letra de Iturbide.
Fuente: Biblioteca Digital Mexicana.
Gobernador Intendente y brigadier Diego García Conde
Fuente: Secretaría de la Defensa Nacional.
General Trigarante Pedro Celestino Negrete
Fuente: Gran Historia de México Ilustrada.
Fragmento de la Proclamación de Independencia en la villa de Chihuahua
Fuente: Palacio de Gobierno del Estado de Chihuahua, municipio de Chihuahua, Chih.
Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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