La reforma al Código Penal del Distrito Federal que data del año 2007 suprimió la punición del aborto; a la fecha se han practicado un poco más de 120 mil según sostienen representantes de la Iglesia Católica.
Dicha institución ha precisado que “son niños indefensos en el vientre de sus propias madres y que son muchos más muertos por la guerra contra el narcotráfico y crimen organizado”.
De nueva cuenta se pone en la mesa de discusión respecto a la permisibilidad de ese acto ya que atenta sobre la vida del ser humano que se encuentra tutelada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en contraposición nuestra Suprema Corte de Justicia ha conceptuado el producto según ellos como “intento de ser humano” y por ello se ajusta a la ley.
El Partido de la Revolución Democrática radicada fuertemente en el centro de país en contubernio con otras fuerzas políticas y legisladores ignaros en el tema ni siquiera entraron al fondo del mismo y lo aprobaron para quedar bien con el Jefe de Gobierno del D.F. de esa época.
Judíos, Ortodoxos, Protestantes, Luteranos, Mormones, Cristianos Evangélicos, todos, todos están en contra de esta disposición normativa que no solamente afecta en México sino en muchas partes del mundo, no está de más citar a Luis Reynoso Cervantes Obispo Auxiliar de Monterrey que señaló que en Japón de la posguerra (1949 a 1964) se estimaron más de 10 millones de abortos, la bomba atómica eliminó cerca de 100 mil personas.
Regresando a México, en el estado de Chihuahua en la Ley Penal existen causas excluyentes de responsabilidad penal en el aborto, el artículo 146 esencialmente señala; a) cuando el embarazo sea resultado de una violación sexual, o inseminación artificial no consentida, b) cuando esté en peligro la vida de la madre, y c) que el resultado sea de una conducta imprudencial de la mujer embarazada.
En los demás casos la mujer abortista iría a prisión de 6 meses a 3 años, penalidad que por cierto es desvalorizada por tratarse de una vida humana.
Hasta que la autoridad comprenda realmente el significado de la vida, porque nos queda claro que tiene poco o ningún valor y cuando hagan de lado el factor económico en todo esto; seguramente se reivindicarán las reglas como en el caso de la ciudad de México que amenazan con instaurarse en todo el país.
Debiera recogerse para si la exhortación que hizo el Episcopado Colombiano que a letra dice: “Quede muy claro que una ley que autoriza el aborto es inmoral y que no pueden los ciudadanos, en conciencia, ni apoyarla, ni aceptarla. La finalidad de la ley no debe ser justificar lo que se hace sino orientar el comportamiento humano hacia la realización plena de la persona en la comunidad, mediante el reconocimiento de sus responsabilidades y derechos fundamentales.” Por ello no se puede atentar contra el derecho y respeto a la vida.
Para los catastrofistas ha iniciado la debacle humana.
Norberto López Garza
Norberto López Garza es abogado litigante en derecho laboral y cátedratico de la Universidad Cultural e Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez. Multi-galardonado por su desempeño profesional, recibiendo entre estos la Columna de Plata 2011 al Mérito Periodístico otorgada por la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.