“Aprender a programar computadoras te enseña a pensar…”

En esta nueva era digital, en donde prácticamente nadie pueda estar ajeno a las tecnologías de la información, ya no basta con ser un simple usuario de presionar un botón, ahora las nuevas generaciones no pueden conformar sus estudios como un usuario “ligero”, ya es necesario hacer ciertas programaciones, por ejemplo, al usar un teléfono celular o una alarma despertadora, ya se tiene que programar, esto muestra la necesidad imperante de introducir temas tecnológicos desde la niñez a los estudiantes mexicanos, y en especial a programar.

Definiendo de manera general lo que es programación de computadoras: “se refiere a la escritura de instrucciones en un lenguaje determinado a una computadora, y que esta las interpreta y ejecuta, donde el formato en el cual se le escriben indica el lenguaje y a quien lo “teclea” se le llama programador.” (Joyanes, 2008)

Al proceso de escribir esas instrucciones en un lenguaje de programación determinado se le denomina codificación, y estas son el código fuente, entendible por el humano (antes de su proceso de traducción/compilación).

En un documental llamado “Steve Jobs: La entrevista perdida”, grabado en 1995, usada para el programa “El triunfo de los Nerds” de Robert Cringley, explica Jobs la gran importancia que reviste en cada persona el aprender a programar, y el gran valor cognoscitivo que de ello se deriva, el cual se resume en esta frase:

“Todo el mundo debería aprender a programar computadoras, porque te enseña a pensar”

(Jobs, 1995)

Si se toma esta frase como el eje para ejemplificar la importancia que reviste el ir ingresando a la nueva era de las tecnologías, y en especial, el saber crear en ellas procesos con instrucciones, deja como secuela que la persona que está en el proceso de enseñanza-aprendizaje tenga que pensar analíticamente, que incluso tenga que visualizar previamente antes de escribir los códigos, por lo que paralelamente el alumno se vuelve ordenado (la programación tiene un orden), e incluso, hasta se valora mucho la ortografía (la escritura en los lenguajes es muy precisa y exacta, cualquier error puede ocasionar el mal funcionamiento, o que no pueda “correr” el programa que se codificó). La lógica se ve altamente enriquecida, la resolución de problemas es un reto constante y también se tiene que procesar ciertas cantidades de información, por lo que todo esto se refleja en una mayor agilidad mental, incluso se pueden pensar en varias soluciones para un mismo problema, y llegar a conclusiones de las mejores rutas de solución. Por todo esto, es un impacto positivo si se empieza a enseñar a programar desde jóvenes, sugiero que puede ser a partir de cuarto año de primaria inclusive (ya empecé con mi Humanita 5.0), con juegos que en el próximo aporte les estaré compartiendo. (Aldrete, 2016)

Continuará…

La “charra” (anécdota):

Hace algunos años nos comisionaron para asistir a un evento en el Centro de Convenciones, ese día asistí acompañado de mis amigos Luis y Rubén. Había una cantidad considerable de gente, al frente estaba el Presidium, para el público había sillas distribuidas ordenadamente por todo el gran salón, Luis y su servidor no alcanzamos lugar, pero Rubén no solo alcanzó un lugar sentado, sino que por su hábil destreza para movilizarse se logró acomodar en “primerita” fila, es decir, de frente al escenario.

Nosotros de pie, al final del salón, donde teníamos una vista clara del panorama, del público en sus sillas y pues al fondo el presídium.

En pleno evento a mi amigo Luis se le ocurre sacar su celular, en ese entonces no eran aún tan comunes y no era barato el uso de dicho dispositivo, por lo que casi nadie recibía o realizaba llamadas telefónicas, pues Luis realiza un marcado y me indica:

• Profe, vea a Rubén, no lo pierda de vista

De repente veo que enfrente de todos, y en pleno discurso Rubén se levanta, se saca algo de la bolsa y se lo lleva a la oreja, al mismo tiempo que camina a la orilla del salón, ¡Todos los presentes lo vimos con singular sorpresa!

En eso Luis suelta una sonora carcajada, al mismo tiempo que se lleva el celular a su bolsillo.

¡Le hizo un marca cuelga!

La parte interesante fue cuando Rubén en su natural sagacidad mental, continua el “protocolo” de una llamada telefónica, haciendo una actuación digna del “Oscar” simulando un dialogo telefónico. Al finalizar el evento le pregunta Luis:

• Profe, ¿Púes quien le llamó? interrumpió el evento.

Rubén nos dice:

• Pues me llamaron de México.

Luis y yo soltamos una sonora carcajada. Esa llamada nunca existió ya que Luis fue quien le hizo el marcado.

¿Sabías que…?

Muchas personas al hacer referencia a la computadora, en especial al gabinete, le dicen CPU, por ejemplo:

• Trae por favor el monitor y el CPU de la oficina

Esto es incorrecto, ya que el CPU (en español: Unidad Central de Proceso) es un pequeño “cuadro” que va montado en una tarjeta (llamada Tarjeta Madre) en el interior del gabinete, es decir, el CPU es una pequeña pieza de la computadora.

Fuentes Bibliografícas:

Joyanes, L. (2008). Fundamentos de Programación. Algoritmos, estructura de datos (Cuarta ed.). (J. L. Sánchez, Ed.) Madrid, España: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S. A. U.
Jobs, S. (1995). Steve Jobs : The Lost Interview. (R. Cringely, Entrevistador)
Aldrete, E. J. (2016). Diagnóstico de capacidades regionales en el desarrollo e implementación de software embebido. Chihuahua: Tesis para obtener el Grado de Maestro.

José Francisco Alderete Enríquez

Licenciado en Informática. Maestro en Software Libre titulado con Mención Honorífica y actual candidato al grado de Maestro en Ingeniería en Redes. Docente en el área de TIC y Asesor de jóvenes sobresalientes para concursos estatales y nacionales. Asesor en Sistemas.

Fué catedrático invitado en la Universidad de Santiago de Chile. Ha recibido certificaciones en Microsoft Office Specialist, POO JAVA, Evaluador en NTCL en Función Clave.

Actualmente es Jefe del Departamento de Informática en el Conalep Chihuahua UNO, catedrático en la UACH y en la UTCH, Presidente de la Asociación de Egresados del Instituto Tecnológico de Chihuahua II

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