El Segundo Informe del Presidente no corresponde a la realidad que vive el país.
Con bombo y platillos, y con una ceremonia que más que rendir cuentas a los mexicanos se trató de una lista de buenos deseos, López Obrador nos habló de un país que sólo existe en la cabeza de sus seguidores.
Vientos de triunfo acompañaron la mañana de ayer durante el Segundo Informe Presidencial en el que se destacó el combate a la corrupción, la eficiencia de los programas sociales, la reducción de la criminalidad y el buen manejo de la pandemia en el ámbito sanitario y económico para el país.
Sí, López Obrador dibujó en la mente de los mexicanos el tema de la reducción de la corrupción en su gobierno. Sin embargo, según la encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental que elabora el INEGI, las víctimas de la corrupción aumentaron en el primer año de la 4T.
Se nos habló también de una reducción de la violencia. Parcialmente cierto, para ser objetivos. Sin embargo la delincuencia que más aflige, la que tiene que ver homicidios, se ha incrementado según el Índice de Paz en México, en su edición de este año, pues señala que en el 2019 el nivel de paz en el país tuvo un retroceso de 4.3% debido, principalmente, a que aumentó 24.3% la tasa de crímenes cometidos por la delincuencia organizada.
La carta fuerte del Presidente fue la recuperación económica. Pero el IMSS, institución federal gubernamental, nos informaba hace un mes que el saldo de la pandemia era de una pérdida de 1.1 millón de empleos formales. Y eso, sin contar a la economía no registrada, pero que desde luego fue afectada.
No obstante, el Presidente defendía su punto alabando a sus programas sociales. Demos un ejemplo de la eficiencia de los mismos: el programa estrella de la 4T, “Jóvenes Construyendo el Futuro” no ha podido dar los resultados que prometió. Es así que CONEVAL presentó en julio de este año un informe a la Secretaría del Trabajo en el que observó que dicho programa no garantizaba la capacitación laboral, ni la adquisición de conocimientos para los becarios.
Los mismos diputados de la 4T han reconocido que el programa opera hoy sin una estructura real, y que no se han obtenido los resultados deseados pues las empresas carecen de incentivos fiscales. Es decir, el gobierno se ha enfocado más en regalar dinero y adelantar dinero ya presupuestado, que en crear condiciones para que el sector productivo del país se reactive y mejore la economía. Ya ni hablar de la reducción del PIB para este año.
Secundariamente, el Presidente elogió a su homólogo estadounidense Donald Trump, a quien le reconoció un buen trato hacia los mexicanos, pero el presidente norteamericano aún se obstina con la idea de que seamos los mexicanos los que paguemos el muro fronterizo.
Elogió también el Presidente a la CFE, al no aumentar los precios de la energía eléctrica. No obstante, la misma fue denunciada por cortar el servicio de electricidad de 700 mil viviendas durante la pandemia, según un artículo publicado por El País, con información obtenida a través del portal de transparencia.
No se niega desde luego, que haya avances significativos. Pero estamos lejos de tener el país que López Obrador nos pinta. Debemos aterrizar en México y juntos, sociedad y gobierno, impulsar las grandes transformaciones que requiere el país, pero partiendo de un diagnóstico sincero y atinado, sin fanatismos ni ideologías.
Ese es el México que necesitamos. Andrés puede quedarse en el país de las Maravillas.
Luis Carlos Casiano
Lic en Ciencia Política. Diplomado en Políticas Públicas y Prevención del Delito. Estudiante de Maestría en Administración Pública. Funcionario público municipal.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.