El nuevo gobierno de la república ya empezó a tomar las medidas necesarias para que como ciudadanos, académicos u opositores no contemos con las herramientas estadísticas para evaluar el desempeño de su gestión.
La semana pasada se anunció un recorte de 500 millones de pesos al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dejándolo con un presupuesto para 2019 de 12 mil 129 millones pesos. Con dicho recorte, el INEGI anuncio la reducción de sueldos, así como la cancelación de varios proyectos estadísticos que estaban programados para este año. En pocas palabras, gracias a la supuesta austeridad del gobierno federal nos quedaremos sin información para saber cómo avanza el país y cómo se está desempeñando la actual administración.
La labor independiente que ha realizado el INEGI durante muchos años ha ayudado a comprender mejor nuestra economía gracias a su información y gran base de datos que tiene. Aunque no existen instituciones perfectas, no debemos vulnerar a las instituciones que han ayudado a que tengamos un mejor país que hace 30 años y que sin duda nos pueden ayudar a enfrentar los desafíos actuales en temas de corrupción y bajo crecimiento económico.
Son catorce los proyectos que se cancelaran por parte del INEGI, dado el recorte de recursos, a continuación, enumerare dichos proyectos, esto en el orden que a mi criterio considero los más importantes, dada la temática que abarcan y las repercusiones en la política, por ejemplo, la encuesta de gasto en los hogares es la base para evaluar la inflación y la pobreza:
- La Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares (ENGASTO).
- La Encuesta Nacional de los Hogares (ENH).
- El Censo Agropecuario.
- La Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA).
- La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil.
- La Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas (ENCRIGE).
- La Encuesta Nacional de Consumidores de Sustancias Psicotrópicas (ECOSUP).
- La Encuesta Nacional de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (ECOPRED).
- La Encuesta Nacional de Uso de las Tecnologías de Información en los Hogares (ENDUTIH).
- La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo.
- La Encuesta Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (ENAID).
- La Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN).
- La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL).
- La Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO).
Sin estos proyectos no evaluaremos ni al gobierno, ni nuestro poder adquisitivo, ni tampoco la situación de la niñez, las mujeres víctimas de violencia o los jóvenes que consumen drogas, mucho menos se podrán impulsar programas y políticas basados en datos, porque tal y como dice CONEVAL: Lo que no se mide, no se puede mejorar.
Desde hace casi cuatro años tengo la oportunidad de trabajar de manera detallada con la información generada por INEGI y si bien aún existen retos importantes, esta información es muy valiosa para definir proyectos estratégicos en las regiones, generar política pública y evaluar el desempeño económico de cada municipio y el país en su conjunto, sin esta información, la evaluación y mejora se verán mermadas considerablemente.
Si bien, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no pregona con el dicho de “al pueblo pan y circo” si parece querer un país en dónde “entre menos sepamos mejor” y con el recorte presupuestal al INEGI lo lograra, si ya de por si existen deficiencias en la estadística, más ahora con las 15 encuestas que el instituto dejará de realizar, especialmente aquellas que miden el ingreso y gasto en los hogares y que son la base para medir la pobreza en el país.
Esperemos y no por ahorrar un poco de presupuesto en información y no en viáticos y sueldos, el costo de no tener información no sea mayor para el país y sus ciudadanos en un par de años.

Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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