El que sobre todo los niños y adolescentes se encuentren debidamente alimentados es una condición necesaria para que estos estudien, aprendan y puedan eventualmente alcanzar su máximo potencial. La ejecución de programas de comedores escolares brinda a los más vulnerables un apoyo de gran consideración en términos sociales, económicos y educativos.
En nuestro país la educación gratuita dista aún de estar plenamente garantizada. Los programas de transferencias monetarias directas bajo la modalidad de becas de educación superior, media superior o las recientemente anunciadas de educación básica; definitivamente sí contribuyen en términos generales a aliviar la carga económica de muchas familias mexicanas.
Sin embargo, este tipo de cobertura apenas avanza hacia la educación básica que comprende a preescolar, primaria y secundaria; específicamente comenzará a operarse un nuevo programa de becas monetarias en el nivel de secundaria; por lo que un gran segmento de estudiantes mexicanos seguirá padeciendo limitantes socioeconómicas graves para acceder a una educación conforme al artículo 3 constitucional.
Una de estas limitantes es la nutricional, tan importante en los primeros niveles educativos como preescolar y primaria. Es un hecho que la carestía de la vida rural o urbana impacta en la alimentación de las familias, desde comer menos hasta alimentarse mal.
Es una realidad el consumo de insumos baratos, pero con contenido calórico simple, azúcares y alimentos procesados con bajo valor nutrimental. Esto definitivamente afecta a los niños de preescolar y primaria quienes deben encontrarse debidamente nutridos para emprender su trayectoria académica.
Esta debidamente demostrado que cuando el cerebro del infante no cuenta con los nutrientes necesarios, su desempeño académico o escolar será insatisfactorio y hasta con consecuencias negativas permanentes.
Por eso debe ponerse énfasis en abatir el hambre en la niñez, pudiendo implementarse comedores escolares empezando por el nivel preescolar como instrumento para tal fin. Además, es desde este nivel y el de primaria desde donde puede sembrarse eficazmente una educación para la vida saludable.
Los comedores escolares totalmente gratuitos de alimentos calientes y fríos para los niños de prescolar y primaria son de gran alivio para muchas familias que además tienen que invertir en uniformes, útiles, materiales, transporte.. y todo lo que implica dar una vida digna para los hijos.
Suena a que implicaría una millonaria inversión por parte del o los gobiernos, sí, pero nada del otro mundo, financieramente son perfectamente viables y por otra parte ayudarían a fincar una cultura de alimentación saludable, con resultados mucho más positivos en los infantes.
Es cuestión de, como en otros temas, usar modelos innovadores o probados de financiamiento y administración. Contar con la voluntad política, realizar gestión y librarse de sesgos partidistas o de grupo.
No es posible imaginar a niñas o niños de kínder sin “lunch” en su hora de alimentos por falta de recursos, no es admisible preservar la desigualdad social desde allí. Debemos pugnar y es una responsabilidad ineludible de todos, fundamentalmente de los gobiernos, la de desaparecer la desigualdad social en los centros educativos, desde el kínder.
Varios gobiernos estatales y algunas administraciones federales implementan o han implementado programas de comedores escolares para proporcionar a estudiantes alimentos higiénicos y dignos, impactando de manera positiva a muchas familias vulnerables, además la experiencia internacional disponible arroja que son una práctica absolutamente recomendable en la adquisición de una cultura de alimentación saludable en los niños.
En suma, es importante que el Estado intervenga en los centros educativos a través de comedores escolares para brindar desde el prescolar y conforme a las normas oficiales mexicanas, alimentos nutritivos, higiénicos y equilibrados que permitan el aprendizaje de niños y adolescentes, la adquisición de hábitos saludables, así como la superación de las desigualdades sociales.
Tenemos que ir hacia la Escuela Sostenible, hacia una sociedad más humana.
“Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente.
Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.”
(Lucas 9:16-17)
Moisés Hernández Félix
Lic. en Administración Pública y Ciencia Política, candidato a Maestro en Administración en curso. Ha sido funcionario público federal y docente en nivel media básica y medio superior. Se especializa en gobernanza educativa y políticas públicas.
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