El pasado domingo, incluso sin dar tiempo a que terminara su informe trimestral el presidente López Obrador, algunas voces exclamaban con desesperación que México iba directo a la ruina económica pues AMLO se había atrevido a no anunciar un gigantesco rescate financiero a las grandes empresas y lo peor, no quería endeudar más al país en una especie de CORONAPROA que algunos organismos empresariales le propusieron.
Acto seguido, algunos columnistas, hábiles para rentar su pluma y medios de comunicación replicaron la queja, como era posible que los más ricos no eran para nada tomados en cuenta, se apostaba a salvar a los más pobres y eso es populismo vil y un peligro para México. Le siguieron varios políticos del PAN y del PRI y sus respectivos adláteres que se dijeron decepcionados, tristes, casi casi con ganas mejor de irse del país, no entendían por qué se prefería a los que poco o nada tienen en lugar de aquellos con los que juegan golf.
Continuaron varios académicos explicando porque si era correcto que el gobierno se endeudara para poder inyectar recursos a las grandes empresas, sin recordar, sin la más mínima pizca de rubor que semanas atrás escribían que el Estado no debía intervenir en la economía, que eso debíamos dejarlo al mercado y a los empresarios que son los que generan empleo y riqueza, decían, nunca más el Estado de Bienestar, eso es de socialistas trasnochados y va contra la competitividad y el libre comercio.
Seguramente dirán, bueno es que Benjamín es Amlover y por eso defiende lo que hace el gobierno, y si, lo primero es verdad, lo segundo no siempre y voy a dar algunos datos para tratar de explicar.
Resulta y resalta que en la historia reciente del país no es la primera ocasión que se acude a la receta del endeudamiento, baste recordar un “rescate” como el FOBAPROA que implica una deuda pública actual de casi 11 billones de pesos, más o menos un 43% del PIB, deuda que se pagará al menos 70 o 80 años y que hizo multimillonarios a un puñado. Un criminal secuestro de nuestros impuestos.
Ahora bien, por lo general se dice, es que debemos rescatar a las grandes empresas porque generan empleo, pero híjole, citando a ya saben quién, yo tengo otros datos, poco más de la mitad de los trabajadores (57%), seis de cada 10 se encuentra laborando dentro del sector informal. Este sector concentra a las 31.3 millones de personas ocupadas que trabajan bajo condiciones vulnerables que no le garantizan sus derechos laborales (vacaciones, aguinaldo o acceso a instituciones de salud), y generó 23 de cada 100 pesos del PIB de México en 2018. ¿En realidad, generan empleos?
Conveniente es aclarar que no tengo nada contra las empresas, son muy necesarias, pero seamos justos, el problema no son todas las empresas, el problema reside en las grandes empresas, ya se mencionó que en los 25 días que llevamos deteniendo la economía se han perdido 346,878 empleos, de los cuales 488 han sido de empresas de uno a cinco trabajadores, 52, 062 de empresas de seis a cincuenta empleados y 294,329 despedidos de empresas con más de 50 trabajadores, es decir el esas grandes empresas que pueden mandar un mes a sus casas a su planta laboral respetando sus derechos laborales.
Esperemos siga fluyendo información para bordar más sobre el tema, pero por lo pronto, si puedes:
¡QUÉDATE EN CASA YA!
Benjamín Carrera Chávez
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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