La inseguridad pública en México ha sido un tema central en la agenda política, social y económica del país durante las últimas décadas, el impacto del crimen organizado, la corrupción, la debilidad institucional, han hecho de México un país prácticamente insalvable y la relación con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos han conformado un panorama complejo y preocupante. Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, ha dicho que enviará tropas a México y al parecer sin plantearse seriamente cuestiones como la soberanía, la cooperación internacional y las consecuencias de una intervención de este tipo.
México enfrenta una crisis de seguridad profundamente arraigada, impulsada principalmente por el poder del crimen organizado. Los cárteles de la droga, como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otros grupos más pequeños, operan con un grado alarmante de sofisticación, controlando rutas de tráfico de drogas, armas y personas. Hay alrededor de 10 cárteles en el país, pero más de 200 grupos criminales que también participan en el negocio de los narcóticos.
La corrupción en las instituciones encargadas de la seguridad pública, como la policía, las fiscalías y el sistema judicial, exacerba la crisis. Informes de organizaciones internacionales indican que los vínculos entre funcionarios y grupos criminales son comunes, lo que impide la aplicación efectiva de la ley.
La violencia no solo afecta a quienes están directamente involucrados en actividades delictivas, sino también a comunidades enteras. La extorsión, el secuestro y los desplazamientos forzados se han convertido en realidades cotidianas para miles de mexicanos. Además, la impunidad, que ronda el 90% en casos de homicidio, refuerza la percepción de un Estado incapaz de proteger a sus ciudadanos.
Donald Trump, durante su mandato como presidente de los Estados Unidos (2017-2021), adoptó una postura dura hacia México en temas de seguridad, inmigración y comercio y son muchos los mexicanos que están de acuerdo con él y la idea la idea de designar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas” y, enviar tropas estadounidenses a nuestro país para combatirlos. Esto (piensan algunos), atenta contra nuestra soberanía, pero es preferible ante lo que nos sucede.
Algunas de las consecuencias serían: congelar activos en el extranjero de cualquier persona sospechosa de tener actividades de cualquier tipo ligadas con grupos criminales.Realizar operaciones militares sin necesidad de coordinación plena con el gobierno mexicano y justificar intervenciones bajo el marco legal estadounidense.
La diplomacia hoy, se ve afectada severamente despúes de las declaraciones del embajador Ken Salazar y la afectación a posibles inversiones resulta evidente.
Si Trump lograra implementar un plan para enviar tropas estadounidenses a México, las implicaciones serían profundas y potencialmente desastrosas en varios niveles, en principio crecería la violencia, la tensión diplomática crecería en casi toda América Latina. La inestabilidad generada por un conflicto militar tendría repercusiones económicas significativas tanto para México como para Estados Unidos, y una intervención podría afectar las cadenas de suministro para ambos países.
La relación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad se ha basado en la cooperación. Iniciativas como la Iniciativa Mérida y el Entendimiento Bicentenario han sido ejemplos de colaboración. Una intervención unilateral destruiría estos mecanismos, dejando a ambos países en una situación menos favorable para combatir el crimen organizado.
En lugar de considerar opciones militares, hay enfoques más viables y sostenibles para abordar la crisis de seguridad en México, aceptando que la ingobernabilidad se ha apoderado de regiones e instituciones, urgen medidas extremas y Estados Unidos podría empezar por reconocer sus propios problemas, es un país consumidor con una demanda muy exigente, que mantiene el discurso de que en su territorio no existen grandes capos, ni redes criminales al estilo mexicano. Son ellos quienes envían las armas que les dan poder a los grupos criminales y la doble moral, no es útil para resolver un problema tan serio que mata en México a 30 mil personas al año sin contar los desaparecidos, y en USA son alrededor de 100 mil muertes anuales por sobre dosis, de las cuales casi el 90% es por consumo de fentanilo.
El problema es bilateral, por ello es que las soluciones tienen que serlo también.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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