Las tensiones geopolíticas y los conflictos bélicos en Ucrania y el medio oriente, así como los ajustes globales promovidos por el gobierno estadounidense, declaradamente encaminados a equilibrar su intercambio comercial con diversos países, entre ellos México, han proyectado un modelo de producción mundial más regionalizado, lo que obliga a nuestro país a actualizar una estrategia que le permita posicionarse en la ruta del crecimiento económico.
Señala el jefe de análisis económico del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas que “el sistema económico global bajo el cual la mayoría de los países ha operado durante los últimos 80 años está siendo reiniciado, dando paso a una nueva era. Las reglas existentes están siendo desafiadas, mientras que las nuevas aún no emergen”. Los aranceles globales fijados el pasado 2 de abril son superiores en tasa efectiva a los impuestos durante la Gran Depresión.
En su reporte post aranceles, el FMI refleja una fuerte corrección a la baja en el crecimiento estadounidense,nuestro principal socio comercial (del 1.8% para 2025 contra el original de 2.7% y de 1.7% para el 2026 contra el previo de 2.1%). Esto como resultado de un menor dinamismo en la demanda interna, el endurecimiento del entorno financiero y sobre todo, la incertidumbre generada por la política comercial. El pronóstico del efecto para nuestro país es mayor. Se pronostica una contracción o decrecimiento de 0.3% para este 2025 (contra un 1.4% positivo previo) y un aumento al 1.4% para 2026 (contra un 2% previo). Esto, según el FMI en un contexto de menor consumo, debilidad en la inversión y ajustes fiscales orientados a preservar la estabilidad macroeconómica.
Por la guerra arancelaria el FMI redujo también la proyección del crecimiento mundial para este 2025, del 3.2% al 2.8%.
El FMI señala como riesgos para el crecimiento mundial: 1) el resurgimiento del proteccionismo y la intensificación de tensiones comerciales; 2) las divergencias en los ciclos de política monetaria entre economías desarrolladas y emergentes; y 3) los conflictos geopolíticos y eventos climáticos extremos que podrían generar disrupciones en cadenas de suministro. En general, el FMI confirma un deterioro generalizado en la economía global, con menor crecimiento, inflación persistente (promedio mundial de 4.3% en 2025 y 3.6% en 2026) y una fragmentación comercial más profunda. Exhorta a restaurar la previsibilidad en el sistema comercial internacional y a reforzar la cooperación multilateral, advirtiendo que, sin reformas estructurales significativas, el crecimiento económico potencial del mundo seguirá estancado por debajo de los promedios históricos.
¿Qué hacer? Nuestro gobierno pretende consolidar a la economía mexicana como una de las líderes mundiales en exportaciones. Según el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, situarnos como la décima economía más grande del mundo. Para ello se precisan políticas públicas de simplificación administrativa, mejorar en términos generales el ambiente de inversión, dándole certidumbre a la inversión nacional y extranjera. Seguir la vieja receta de facilitar y no complicar, el hacer negocios en México. Estimular muy particularmente el crecimiento de sectores económicos específicos en los que tenemos fortalezas, relevantemente la industria manufacturera.
Nuestra ubicación geográfica y el cúmulo de tratados de libre comercio celebrados por nuestro país, emblemáticamente representados por el México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) nos da ventajas significativas como destino de inversión, a pesar de la guerra comercial mundial en curso.
Un dato significativo que lo demuestra es el que mientras en el mundo la inversión extranjera directa decreció 8%, en México aumentó un 2%.

Rafael Espino
De Chihuahua. Abogado fiscalista. Consejero Independiente de Petróleos Mexicanos. Senador de la República por Morena.