<<07-1 La Conquista del Olimpo por Gutiérrez Pedregal
En una anécdota conocida entre sus colegas, un día en la Tierra mientras estudiaba geofísica en la Cd. de México, Gutiérrez Pedregal tuvo un accidente automovilístico donde se fracturó un hombro y las mandíbulas. Tuvo que ser enyesado en ambas partes de su cuerpo. Sus mandíbulas quedaron inmovilizadas completamente, y el médico realizó un pequeño orificio en el yeso, a la altura de la boca, para que Julio pudiera alimentarse esencialmente con líquidos, ya que por varias semanas no podría masticar. Un mes después del accidente, aproximadamente, en una de sus clases se organizó una expedición para escalar un cerro de mediana altura cercano a la capital, tomar muestras geológicas y realizar una serie de prácticas topográficas aplicando técnicas taquimétricas.
Gutiérrez Pedregal fue a ver al profesor que conduciría la expedición para que lo anotara en la lista de participantes. Después de verlo comunicarse por medio de señas y textos cortos escritos en un papel, pues Julio no podía hablar, el profesor le respondió: “Gutiérrez, ¿ cómo cree que lo voy a llevar en las condiciones en las que se encuentra ?…¡ se nos va a morir de la deshidratación y del esfuerzo a medio camino de escalar el cerro ! Vaya y recupérese de esas fracturas y aquí lo espero el próximo semestre”.
Julio regresó al siguiente semestre con el mismo profesor, quien organizó una expedición similar al mismo cerro. Pero Gutiérrez Pedregal no acompañaría al resto de la clase. Convenció a uno de sus compañeros y, pasando por alto las restricciones oficiales para escalar la segunda cumbre más alta de México, un volcán activo con peligros propios, los dos subieron a la cima del Popocatépetl a 5500 metros de altura. De ahí trajeron muestras geológicas, imágenes muy detalladas del cráter interno del volcán y un reporte topográfico con la taquimetría realizada en el perímetro del cráter principal. Julio se dio a conocer rápidamente como un geofísico de gran iniciativa y dinamismo.
Previo a su misión a Marte en la segunda generación de colonos, el reconocido vulcanólogo había estudiado hasta el último detalle de la geografía del Monte Olimpo y toda la información geológica obtenida desde el espacio por los orbitadores marcianos de finales del siglo XX y principios del XXI. Fue así que pudo definir el Punto Proyectado Pangboche-Karsok (3PK) para minimizar la distancia rumbo a la cima del volcán más grande del sistema solar.
El 3PK había sido definido (N 19° 58´, E 129° 16´) de tal manera que su distancia en línea recta desde las faldas del Olimpo hasta la intersección sureste del borde del cráter Athena Patera con el perímetro de la caldera, fuera igual a 200 kilómetros. Esta ruta óptima fue naturalmente adoptada por la primera expedición a la cima del Monte Olimpo por Gutiérrez Pedregal con apoyo de un colaborador en un LSE-05. El LSE-05 es un modelo de explorador (rover) de energía solar, conducido por humanos, y diseñado para prestar apoyo en misiones de exploración marciana en terrenos con pendiente suave (Low Slope Explorer, LSE por sus siglas en inglés).
Sol 881.2 El vulcanólogo Dr. Julio Gutiérrez Pedregal y su equipo pisaron por primera vez en la historia la cima del Monte Olimpo en Marte después de 8 días y 17 horas de esforzado ascenso. En este punto a 25 km de altura sobre el perímetro oriental de la caldera del volcán, el científico clavó la Bandera Internacional del Planeta Tierra basada en el diseño del sueco Oskar Pernefeldt, estandarte hoy en día de uso generalizado en el Planeta Rojo. La expedición cubrió una distancia neta de 205 kilómetros desde el Punto Proyectado Pangboche-Karsok (3PK) hasta la cima, esquivando a discreción las regiones menos transitables de la Nix Olímpica durante el trayecto.
El recorrido fue hecho, desde luego, mayormente a pie por parte del vulcanólogo mexicano, constando la expedición de dos humanos (el propio Dr. Julio Gutiérrez Pedregal y su colaborador cercano, el geodesta y geólogo norteamericano Tergel Janes) y el mencionado LSE-05, conducido la mayor parte del tiempo por Janes, quien al escoltar a Gutiérrez Pedregal le proporcionaba todos los instrumentos y recursos técnicos para la recolección de muestras y datos geológicos durante el ascenso al Olimpo. El geofísico cumplía su misión científica en Marte mientras simultáneamente ascendía a la cumbre de uno de los volcanes que se le había asignado estudiar como especialista.
Aunque tanto los trajes espaciales como los exploradores vienen construidos con una mezcla de polietileno de alta densidad y borohidruro de magnesio contra rayos cósmicos, Gutiérrez prefería caminar casi toda la noche para evitar la radiación solar, iluminándole el camino el LSE-05 y tomando descansos cortos periódicamente. Durante el día, abordaba el explorador para dormir y protegerse con Janes de la combinación sol-rayos cósmicos, y luego caminaba todo lo que el límite máximo de radiación diaria le permitía. Estos niveles de radiación en su cuerpo eran también monitoreados por Janes desde el LSE-05 . El explorador por su parte tuvo un desempeño fabuloso a pesar de una sola falla técnica, mecánica, fácilmente corregible durante el ascenso.
Gutiérrez Pedregal fue así el primer humano en poner pie en la cima del Olimpo, momento a partir del cual le fue acuñado el sobrenombre de “el doble dios” (double god), pues años antes estando aún en la Tierra Julio había escalado en Europa el Monte Olimpo de la mitología clásica —la morada de los dioses— , la montaña más alta de Grecia.
Aproximadamente un año después de la hazaña del vulcanólogo mexicano, el Olimpo fue conquistado una segunda vez por el químico canadiense Kayden Tremaine, científico de carácter fuerte y corazón noble. Tremaine fue uno de los primeros investigadores y colonos en llegar a Marte, compañero de tripulación conmigo como parte de la primera generación de humanos en arribar en un BFR a este rocoso planeta en 2028, y tanto él como su eficiente trabajo son ampliamente conocidos aquí. Kayden es un hombre muy respetado, apreciado y popular, razón por la cual la comunidad recibió con brazos más que abiertos su iniciativa de escalar el Olimpo siguiendo una aproximación más terrestre y temeraria, la que implicaría un mayor reto desde la perspectiva del alpinismo planetario puro. Tremaine siempre tuvo entre sus planes conquistar el Olimpo al llegar a Marte, pero responsablemente dio prioridad en todo momento a sus deberes científicos aquí como químico, dejando sus anhelos de gloria para un futuro próximo.
Tremaine tenía varias conquistas a las cimas de montañas terrestres en su haber, y podría decirse que en general era un alpinista más experimentado aunque, al igual que Gutiérrez Pedregal, nunca escaló el Everest. El primer humano en escalar las Cimas Biplanetarias, es decir, tanto el Everest en la Tierra (2030) como el Olimpo en Marte (2035) fue Harou Takato, un ingeniero planetario de la cuarta generación de colonos y joven descendiente de la japonesa Junko Tabei, la primera mujer en la historia en escalar el Everest (1975).
08 Del amor de dos genetistas>>
Héctor Noriega Mendoza
Ponente. Investigador.
Maestría en Astronomía (UNAM | NMSU) y Doctor en Astronomía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Fundador de la Sociedad Astronómica Juarense, Cofundador del Proyecto Abel, Miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, Miembro de la American Astronomical Society y Profesor de tiempo completo de Astronomía en UTEP.