Quedan pocos días para que los partidos políticos decidan a quiénes van a nombrar sus candidatos a los cargos de elección popular. Cabe hacerse una pregunta importante, ya que, si los partidos políticos son la representación de la sociedad, ¿Por qué no son tomados en cuenta para elegir a los aspirantes que desean estar en las boletas electorales?
En esta tesitura, la propuesta de elecciones primarias deben ser parte de la gran reforma electoral que se propone, para que no sean tómbolas embarazadas, encuestas amañadas, convenciones de acarreados, comités espurios, alineados, junto con otras formas manifiestas de control y dominio de las élites partidistas que designen a sus candidatos.
Esta es la primera parte del diagnóstico electoral a menos de 100 días de que inicie la jornada electoral del primer domingo de junio. Elecciones atípicas, con procesos electorales concurrentes en el estado de Chihuahua, votos diferenciados en las principales cabeceras municipales de los distritos electorales tanto federales como locales.
Las encuestas muestran diferencias en el comportamiento electoral a nivel estatal, unos municipios azules, otros tricolores, algunos más naranjas y otros guindas dan pie en el diagnóstico a una identidad partidaria que se construye con una cultura política diferenciada, incluso con los niveles de participación en las urnas.
Durante la semana un colega periodista gentilmente me preguntaba lo siguiente ¿MORENA es el viejo PRI? Lo cual ya hemos señalado de que hay indicios de algo parecido. Me atrevería a decir que el nuevo PRI es MORENA. No en un tono despectivo, al contrario, como la evolución de la especie del animal político que se construyó en una constante de renovación que permitía oxigenar al partido en el poder.
Tratando de explicar este punto, MORENA da visos de ser un nuevo partido dominante y tiende a buscar la hegemonía política. Cualquier partido busca eso.
Tiene otras características, copta a la oposición, atrae cuadros significativos de otros partidos políticos, desmantela a los contrarios, divide a la oposición.
Mantiene una línea invisible de gobierno y no hace una sana distancia entre los poderes y el partido en el poder. En esencia eso es MORENA.
En Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar no tiene luna de miel en el partido . Hay divisiones, ataques, simulaciones, en otras palabras, el enemigo está en su propia casa. MORENA deberá resolver esa incertidumbre de quién será el candidato a la presidencia municipal… los tiempos ya están muy acortados.
El PAN tendrá que fortalecer en esta misma ciudad la figura de Rogelio Loya Luna, aglutinar al frente amplio con el PRI y el PRD para tener una campaña competitiva, de no hacerlo, se quedarán atrás en el resultado electoral. La fortaleza si la saben aprovechar es la estructura de un aparato burocrático estatal.
Movimiento Ciudadano definirá en los últimos tres días de febrero a su candidato, tiene que armar su estructura, dar a conocer a sus candidatos. Va, siendo propositivos, en desventaja en la localidad por los tiempos, pero nada es imposible.
En conclusión, el enemigo a vencer es el abstencionismo que se ha apoderado de los procesos electorales en Ciudad Juárez. Existen cientos de casillas donde sólo tres de cada diez ciudadanos concurren a depositar su voto. El ejército de capacitadores electorales del INE estará sufriendo en las próximas semanas para armar la estructura de funcionarios de casillas que contarán los votos depositados en el llamado a las urnas. La moneda está en el aire.
Eduardo Borunda
Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de la Frontera Norte. Máster en Administración y Licenciatura en Administración Pública y Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ex Consejero Presidente de la Asamblea Municipal Juárez del Instituto Estatal Electoral, Ex Consejero Electoral para el IFE y IEE.
Actualmente Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UACH, institución de la que fue director del 2005 al 2010.
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