Buena parte de la vida de este escribidor, Don Q. Chillito, he escuchado, visto, leído y debatido acuerdos multinacionales sobre migración que han servido solo para aplicarse cuando le son necesarios al más fuerte y poderoso mientras que para los pequeños participantes de esos acuerdos son letra muerta. Documentos de protocolo para la foto y la basura, de observancia necesaria para los demás menos para el poderoso que los firma.
Útiles solo en su momento necesario, mientras que los problemas migratorios se complican, crecen hasta convertirse en una grave epidemia social, como lo ocurre hoy en las fronteras nortes del país, el caso que conozco: Ciudad Juárez.
Este acuerdo entre México y USA firmado por nuestro presidente López Obrador y el presidente de los gringos Donald Trump ha servido para poner orden en la ola invasionista de migrantes ilegales que hemos permitido lleguen hasta las fronteras por una política mal entendida de Derechos Humanos, entendiendo que en la política no hay, o no existe, el humanismo.
El problema que hoy vivimos de invasión de migrantes es político.
Combatir en suelo mexicano a las hordas de migración ilegal acompañado por el combate y extinción de las mafias de traficantes de humanos es parte del acuerdo y esto podría mejorar seriamente en las avanzadas masivas de migración y lo tendrá que hacer el Gobierno Federal porque lo firmó, o regresaríamos dentro de 90 días al mismo estatus de amenaza de aranceles que pondría de cabeza a la economía.
No se firmó nada que no esté contemplado en nuestras leyes, en nuestro compromiso con los Derechos Humanos y nuestra política sobre migración. Como tampoco nada que no sea la obligación del gobierno en combatir al crimen organizado, no hubo nada de extraño en el acuerdo y si hubo mucho de ganancia al firmarlo.
Lo que es un hecho ineludible es que Marcelo deberá avisar oficialmente a la ONU que renuncia a su participación dentro del Pacto Global por la Migración, un pacto que de entrada no debimos firmar. Eso sí no seremos los primeros en abdicar a dicho pacto, Brasil a principio de año hizo lo propio por considerar que vulneraba sus fronteras y soberanía, mientras en México al mero estilo del Flower Power, seguiamos pensando en el amor y los derechos a migrar pisoteando la soberanía de nuestros pueblos cuál invasión hormiga.
Nomás veamos lo que se nos venía encima con un 25% de sobretasa a las importaciones mexicanas en Estados Unidos, quien no vea es porque está ciego, fue bueno por Mexico, jugo con lo no extraño y lo que establecen sus leyes y logró apaciguar al poderoso Trump.
Ahora le toca a las autoridades de los tres niveles actuar contra los invasores, malandros y pervertidos de los que se llenó en poco tiempo esta frontera, es su responsabilidad.
Sin duda es un problema federal, si se ve minimalistamente como un estado migratorio, pero cuando se amplía la visión y se consideran los ilícitos que se están cometiendo en Ciudad Juárez, entonces es un tema de impartición de justicia del orden municipal y estatal.
Solo basta reconocer a los centroamericanos como parte del gremio del sicariato local, de las bandas de extorsionadores, ladrones, secuestradores…
Tremenda cauda de guaruras que le cuidan el aire, y la nuca al presidente Cabada quien debe utilizar esa fuerza contra todo lo perverso, sucio, prostituido y vicioso que pulula en el centro de la ciudad…
Los inmigrantes ilegales estacionados en Ciudad Juárez son problema municipal y la mayoría está infringiendo las leyes y buenas costumbres, nos están afectando nuestro modo de vida y sistema, están alterando el equilibrio social.
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El gobierno debe ser un excelente empleador y balancear sus nóminas de acuerdo a sus recursos, debe tener la nómina necesaria y suficiente sin llegar a los excesos, debe ser justificada.
Sí el gobierno es empleador que coadyuva a cubrir las deficiencias empresariales y de inversión en el entorno que genere empleo, el gobierno a través de la nómina buscaría compensar y nivelar el déficit de empleo que ponga en riesgo la seguridad del entorno, y debe a través de inversión de obra pública, ser la alternativa que demande abundante mano de obra.
Lo que no se vale del gobierno es que informe que no hay recursos para inversiones, para solventar el gasto y para programas sociales, compra de medicamentos e insumos para hospitales y que tenga que pedir dinero prestado para poder salir adelante con sus compromisos y que por otro lado este abultando la nómina cuando también se comprometió a reducir el gasto en general en toda la administración del Estado de Chihuahua.
La nómina le creció al gobernador Javier Corral y contradice toda la verborrea de la austeridad que nos receta a todos los Chihuahuenses y le creció aparentemente en algunos lugares donde no debió haber crecido por innecesario, no cabe duda el gobernador a veces no es coherente entre lo que dice y hace.
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Un político maduro y prudente puede ser “El Caballo” Lozoya el Alcalde de Parral Chihuahua que sabe hasta donde es necesario decir las cosas para no meterse en caminos espinosos.
Así lo demostró comentando sin tanto aspaviento ni verborrea sobre el asunto de las luminarias de su natal Parral.
Parral es hoy una de las más iluminadas con tecnología LED con un proyecto de pago de 5 años.
El buen político no solo sabe hablar, sabe donde, cuando y qué decir. Ahí fue donde “El Caballo” Lozoya, tocado por la sabiduría y buen colmillo, supo tomar flecha y arco certero para responder a una pregunta muy directa, pero con segundas intenciones.
De buena estatura y dimensión, Lozoya dijo solo lo necesario.
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Los criterios matemáticos entre el Diputado Benjamín Carrera y el Alcalde Armando Cabada en cuanto a “Juárez Iluminado” son diametralmente diferentes.
Con datos reales y aritmética básica se le da la razón al Diputado Carrera.
En días pasados, David Gamboa, Editor General de Juárez a Diario, dio cuenta en su columna ¿Verdad o Mentira? las estrepitosas diferencias, no solo por sus montos si por la honestidad de sus números…
O bien, Armando Cabada miente y engaña con sus posicionamientos económicos o se evidenció el sobreprecio que nos quieren ensartar…
Lo importante es que ambas posturas están ya en la hemeroteca digital de este informativo digital y que, el tiempo, nos dará con certeza absoluta quién tenía razón, nuestros bolsillos pudieran gritarnos quien tenía o no razón.
Armando Cabada miente y engaña.
Don Q. Chillito
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