“Una República, si pueden mantenerla”
Respuesta de Benjamín Franklin a la
pregunta: ¿qué tipo de gobierno tendremos?
Es común que cuando los presidentes de los Estados Unidos dejan su encargo, emitan un mensaje a la nación deseando parabienes, haciendo recomendaciones finales, y pronosticando un futuro excelso y brillante para su nación, sin embargo, hay algunas raras excepciones.
El 17 de enero de 1961, cuando el presidente Dwight “Ike” Eisenhower, envió su mensaje final a la nación, introdujo, dentro de la lista de lugares comunes generales para el caso, una advertencia críptica que a la fecha sigue siendo polémica.
“Hasta el último conflicto mundial los Estados Unidos no tenían una industria armamentista. Fabricantes americanos de arados podían, en el momento y caso necesarios, fabricar también espadas. Pero ya no podemos más asumir el riesgo de improvisaciones de emergencia en materia de defensa nacional”.
“Nos hemos visto obligados a crear una industria armamentista permanente de vastas proporciones. Sumado a esto, tres millones y medio de hombres y mujeres están directamente empleados en el sector de la defensa. Anualmente gastamos en seguridad militar por sí sola más que los ingresos netos de todas las corporaciones de los Estados Unidos”
“Reconocemos la necesidad imperativa de este desarrollo –admitió-. Sin embargo, no podemos dejar de comprender sus graves implicaciones (…) En los consejos de gobierno, debemos protegernos de la adquisición de influencia injustificada, deseada o no, por parte del complejo militar-industrial”.
“El potencial de un desastroso incremento de poder fuera de lugar existe y persistirá. No debemos dejar que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o procesos democráticos”.
“No debemos tomar nada por sentado. Sólo una ciudadanía alerta y bien informada puede compeler la combinación adecuada de la gigantesca maquinaria de defensa industrial y militar con nuestros métodos y objetivos pacíficos, de modo tal que seguridad y libertad puedan prosperar juntas”.
Lo paradójico de este sorpresivo llamado de ultima hora, es que fue el propio Eisenhower quien dio vida y forma a dicho complejo militar-industrial, y que, bajo la excusa de la guerra fría, lo puso al servicio de la maquinaria de inteligencia dirigida por la CIA en su “combate” al comunismo.
La subsecuente pugna entre su sucesor John F. Kennedy, y el entonces todo poderoso director de la mencionada agencia de inteligencia, Allen Dulles, alimentan la teoría de que este mensaje tenia un destinatario. El Propio JFK, presidente de los Estados Unidos.
No se ha declarado de manera oficial cual fue la mano que se movió detrás de Oswald, supuesto tirador solitario y autor del asesinato del mandatario, pero hoy a mas de sesenta anos de su muerte, ya son inocultables, por mas que lo intenten, las múltiples y muy evidentes huellas que señalan a operativos, agentes y coadyuvantes -cubanos desafectos, mafiosos- de la propia Agencia Central de Inteligencia, cabeza oculta de dicho complejo industrial -militar.
Hoy, el saliente presidente Biden hace una nueva advertencia ante el nuevo régimen que está por iniciar, “Hoy está tomando forma en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que realmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos básicos y nuestra libertad”.
Tiene toda la razón el señor Biden, el gobierno de Trump incluye entre sus funcionarios a la mayor concentración de multimillonarios tal, como no había ocurrido en la historia de los Estados Unidos, los cuales, sin ningún recato, se preparan para beneficiarse en todo sentido de las mieles del poder. ¿Y que es lo más lamentable? Que todo eso es con la venia y la aprobación explicita de al menos la mitad de la población norteamericana que apoya decididamente a Trump.
La advertencia de Biden, sin embargo, adolece de dos problemas, no tiene credibilidad, y llega tarde.
No tiene credibilidad porque el propio Biden y su partido no solo han permitido el crecimiento de dicha oligarquía, sino que se han beneficiado de ella, conviven con ella. Por ejemplo, durante el gobierno de Obama, cuando la crisis bancaria e inmobiliaria, este hizo todo lo posible por rescatar a las grandes corporaciones, y muy poco para el ciudadano promedio.
Y llega tarde, porque los grandes oligarcas que controlan los principales medios de comunicación e información: Jeff Bezos, con Amazon y el Washington Post, Elon Musk con Twitter, hoy X, y Mark Zuckerberg con Facebook o Meta, ya están completamente plegados y descaradamente sumados a la maquinaria de desinformación de la extrema derecha norteamericana.
Ahora si se ve muy difícil que los norteamericanos vayan a convertirse en la “ciudadanía alerta y bien informada” que, argumentaba Eisenhower, era condición necesaria para la preservación de la tan cacaraqueada libertad norteamericana; nubarrones de autoritarismo se ciernen sobre la que posiblemente sea la nación más poderosa del mundo en estos momentos, ¿podrán preservar su democracia? Es lo que está en juego.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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