Después del fracaso rotundo de la economía planificada surgida en la mal llamada “Revolución Mexicana” que llevó a México de ser una de las economías mas fuertes del mundo a un país pobre tercermundista, los dueños del país, socialistas entregados, decidieron “permitirle” a los privados generar economía anunciando una “economía mixta” gobierno-iniciativa privada que tuvo su culmen en los sexenios del 58 al 70, dirigida desde hacienda por el genio de las finanzas Don Antonio Ortiz Mena que llevó a a México a un promedio de crecimiento del 6.6% con una inflación de solo el 2% donde se redujo notablemente la deuda externa y el peso fue considerado moneda dura, los salarios se duplicaron y se vivó el “milagro mexicano”, la industria, la ganadería y el campo privado tuvieron una explosión de crecimiento fortaleciendo la clase media casi desaparecida después de la “revolución”.
Pero la izquierda internacional siempre está atenta a que países tienen dinero para ir sobre de ellos y en el 70 le llegó el turno a México había que robarse todo lo más posible y pusieron de títere, al traidor LEA, alias Luis Echeverría Álvarez al frente del país, quien de inmediato sacó su espada flamígera y se lanzó contra los malvados ricos, con los medios silenciados se fue a las expropiaciones masivas, sus hordas de “pobres” invadían ranchos desmantelándolos, sus huestes obreros mediante huelgas quebraban a las empresas para ser compradas por centavitos por los políticos o las “nacionalizaban” para saquearlas y dejarles la deuda al gobierno.
Una de las ciudades donde la economía tenía mayor crecimiento era Monterrey, ahí su líder Eugenio Garza Sada se opuso a este líder Bolchevique que en respuesta lo mandó asesinar a través de la Dirección Federal de Seguridad simulando un secuestro, mandando un mensaje a cualquiera que se quisiera rebelar a su totalitarismo.
La corrupción llegó a niveles nunca vistos, la deuda externa se triplicó, la interna se sextuplicó, la burocracia aumentó en forma desmedida junto con las empresas del estado, el marxismo se institucionalizó en las universidades públicas, así como en las normales, todo debía ser como Marx lo había estipulado.
Los economistas que habían destruido la economía chilena fueron recibidos en el gobierno echeverrista como genios e incorporados en el gobierno en puestos claves, el fin de fiesta fue terrible, el peso perdió la mitad de su valor frente al dólar, la inflación se disparó y el desempleo se instaló.
En ese último año de gobierno de Echeverría se hizo popular el año de hidalgo, los funcionarios revolucionarios al grito de “CHIIN CHIN EL QUE DEJE ALGO” saquearon las arcas públicas como un acto de justicia revolucionaria y sacaron su dinero del país para ponerlo a salvo en dólares en bancos extranjeros lo que incrementó la devaluación que pasó de 12.50 a 22.
No hubo reflexión política sobre las causas reales de este sexenio trágico donde México retrocedía y la sociedad perdía participación, nadie advertía que el problema no era de personas sino de sistemas, el socialismo que había fracasado en todos los países donde se había instrumentado, había fallado en México pero lejos de esta reflexión se fueron en sentido contrario y la respuesta es que faltaba mas socialismo y propusieron al idiota ilustrado como nuevo presidente, apareció en escena el nuevo Quetzalcóatl, José López Portillo (otro López) que habría de redimir a los “pobres”, claro enriqueciendo de forma desmedida a la clase política, a familiares y amigos.
Los saqueos y raterías superaron a su predecesor, llegaría el estado a poseer casi el 80% de la economía, se robaron todo lo que pudieron y el año de Hidalgo fue gigantesco como el cinismo de su principal protagonista que lloraba al ver el fracaso de su política, pero como buen socialista no aceptaba ninguna responsabilidad y culpaba a los banqueros de su fracaso confiscando la banca.
“A los desposeídos y marginados, si algo pudiera pedirles es perdón por no haber alcanzado a sacarlos de su tristeza y frustración” decía entre sollozos el cínico socialista quien no solo no los sacó de su pobreza sino que hundió al país como nadie lo había hecho antes el dólar pasó de 22.74 a 149.25 la inflación se fue al 98%, sus colaboradores y familiares supieron en forma anticipada lo de la devaluación y cambiaron su botín de pesos a dólares generando el “Año de Hidalgo” mas jugoso de la historia.
Pero los socialistas no tienen límite cuando se trata de saquear un país y culpar a otros de sus raterías, al siguiente presidente le tocó pagar los platos rotos de los socialistas trasnochados que le precedieron y con la misma gente quiso hacer los cambios, pero los resultados fueron peores, consciente de la excesiva corrupción salió con el lema de “Renovación moral” lo cual resultó una broma macabra, la inflación se fue a las nubes llegó en 1987 al 159% y el dólar a 2,295.
Ese 1988 fue un gran año de Hidalgo, la clase política saco el botín al extranjero para ponerlo a salvo de los nuevos políticos que llegarían.
Salinas, aunque de pensamiento socialista, se dio cuenta que ya no era posible seguir ordeñando a la sociedad mexicana y que la carga de las empresas estatales era insoportable y decidió privatizarlas, claro no regresárselas a sus dueños originales sino a sus amigos y prestanombres (¿verdad Carlitos Slim?), trató de eliminar la “Gleba” o esclavitud del campesino glorificada en México como ejido sin embargo no se lo permitieron del todo pero se avanzó, sus reformas frenaron la caída libre de la economía y en una momento de lucidez firmó el tratado de libre comercio incrementando las exportaciones y el empleo en forma importante, a diferencia de sus antecesores era un hombre inteligente aunque perverso y el año Hidalgo de 1994 fue terrible para México, movió su botín a Irlanda junto con sus cómplices y el país cayó en el abismo económico, “Vaciaron las arcas” le diría a sus amigos, Serra Puche, secretario de hacienda del nuevo régimen.
Con Zedillo la explosión vino antes con el FOPROA la gigantesca deuda que estamos pagando y pagaremos por década, pero el año de Hidalgo se contuvo por la amenaza que representaba el cambio de gobierno.
Llegó el vaquero enamorado, Vicente Fox, un empresario honesto y bien intencionado que empezó a enderezar el barco, disminuyó la inflación, bajó la tasa de interés a un dígito por primera vez en 30 años, construyó 7 millones de vivienda, disminuyó la deuda externa en forma importante, estuvo a punto de pagarla totalmente pero el congreso lo paró, el último año lejos de ser el año de Hidalgo los indicadores de desempeño del país eran los mejores en 100 años, la pobreza había disminuido, el peso fortalecido, el índice GINI que mide la desigualdad llegó a su mejor nivel en 100 años, la salud pública mejoró en forma importante con el Seguro Popular, creó instituciones democráticas pero no dio la batalla cultural necesaria para erradicar el pensamiento socialista anidado en lo mas íntimo del pensamiento colectivo mexicano “Déjate de ideologías Marcos, lo que necesita México es progreso” me diría en dos ocasiones, era lógico porque en el fondo de su corazón era, como la mayor parte de los mexicanos, de ideas socialistas, no hubo año de Hidalgo con Fox, esto no quiere decir que no hubo pillos en su sexenio, lo que significa es que no hubo el saqueo post régimen.
Calderón siguió por el mismo camino, aunque socialista de corazón (“Rebasaré a la izquierda por la izquierda”) siguió las prácticas liberales de Fox consolidando fuertemente la economía y el desarrollo del país, pero ahí estaba acechando su parte oscura y al no aceptar el PAN a su delfín, le entregó los programas sociales al PRI para que ganara la presidencia y regresara la izquierda al poder.
Peña Nieto resultó tan ladrón como cualquier socialista, pero liberal en algunos aspectos y logró reformas muy importantes para el desarrollo del país, pero con la conciencia sucia de sus raterías negoció con Obrador su impunidad a cambio de descarrilar a Ricardo Anaya y darle la infraestructura electoral del PRI.
Obrador, un socialista radical ha estado destruyendo la economía del país y los saqueos del próximo año no tendrán igual en la historia de México, su gobierno ha superado en corrupción y cinismo a todos los que le precedieron y los mexicanos viviremos la mayor crisis el año que entra, pero claro no será culpa de los socialistas sino de los neoliberales.
Marcos Barraza
Ingeniero de profesión y aficionado a la ciencia y filosofía. Intelectual de nuestro tiempo que compagina conocimiento científico y humanista. Domina las ciencias exactas y armoniza con las ciencias sociales.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
