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    noviembre 21, 2024 | 18:12

    ¿El fin de los Partidos Tradicionales?… ¿O de las ideologías?

    Publicado el

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    “Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.”
    Graham Greene

    Puede sonar como un lugar común pero la verdad es que, desde el rompimiento, en el 2014, de López Obrador con la nomenclatura que se apropió del PRD, y lo domina hasta la fecha, estamos viviendo situaciones absolutamente inéditas.

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    Alguien pudiera argumentar que esa “novedad” viene desde antes, desde la fractura al PRI causada por el Ingeniero Cárdenas en 1988, y tendría algo de razón. Lo cierto, es que si bien, la fractura del 88 lastimó al PRI, y por ende, al partido de Estado como tal, no fue suficiente para cambiar la dinámica en la que estaba inmerso el poder político y económico que dirigía con mano de hierro el destino de nuestro país.

    Con la aparición del PRD, efectivamente se le dio viabilidad a la posibilidad de que la izquierda, como praxis y filosofía política, pudiera tomar el poder por la vía pacífica. Para el 88, todavía no había transcurrido ni una década desde el baño de sangre que representó la guerra sucia impuesta por el PRI-gobierno en contra de valientes jóvenes militantes que veían cerradas las puertas de la participación política y por tanto, vieron en la lucha armada la única vía posible al cambio social.

    Sin embargo, el Estado Mexicano, dirigido entonces por un PRI que había ya abrazado una ideología de derecha apoyada en el capitalismo más descarnado, después conocido como neo-liberalismo, no estaba dispuesto a soltar el poder así nomas, sin asegurarse un andamiaje institucional y legal que dificultara cualquier viraje hacia la izquierda por mas moderada que esta fuera como en su momento fue el Nacionalismo Revolucionario dentro del propio PRI.

    En las siguientes dos décadas, y ante la insurgencia y el “mal humor” social, al sistema no le quedó más remedio que simular una alternancia, “entregando” el poder a un panismo que, ya se sabía, no iba a modificar la política económica y social del régimen, por la sencilla razón de que …¡ambos compartían la ideología!

    En pocas palabras, desde 1988, y hasta las elecciones del 2012, la lucha por el poder llevaba una fuerte carga ideológica hasta cierto punto tradicional; por una parte, una derecha que asumió como dogma el libre mercado, pero que en la practica devino en un lamentable capitalismo de cuates, donde una pequeña oligarquía se enriquecía de manera descarada haciendo negocios a la sombra del poder.

    Por el otro lado, una izquierda que pugnaba por el retorno a un Estado que recuperar su rol como garante del bienestar y la inclusión de todos los miembros de la sociedad, especialmente de aquell@s tradicionalmente excluid@s del desarrollo. Plantear esto, en un momento histórico donde los países comunistas, con su socialismo realmente existente acababa de fracasar estrepitosamente, parecía un contrasentido.

    Durante ese tiempo, la lucha se dio entre los tres partidos tradicionales: el PRI y el PAN, defendiendo las posiciones de derecha, y el PRD defendiendo las tesis de la izquierda. Aunque el partido del Sol Azteca, como tal era nuevo, en realidad era el heredero de las viejas corrientes socialistas y comunistas que han existido en México desde el término de la Revolución. De PC a PSUM; de PSUM a PMS, y finalmente, de PMS a PRD.

    Pero todo esto viene a cambiar con la aparición de MORENA, y la salida de López Obrador del PRD.

    El PAN y el PRI, en su ceguera ideológica, no son capaces de comprender a la mayoría del pueblo de México, y por tanto insisten en seguir defendiendo las posiciones de derecha, las cuales solo son apoyadas por una minoría del electorado mexicano. Existe una gran posibilidad de que el PRI, el otrora “partidazo”, pierda su registro en las próximas elecciones.

    Acción Nacional, con un poco mas de congruencia ideológica, a fin de cuentas su ideología siempre ha sido de derecha, seguramente mantendrá su base de votantes entre la clase media conservadora. El PRD, completamente desfondado y perdida su brújula ideológica, seguramente perderá su registro.

    ¿Y Morena? Ahí esta el gran misterio. Morena no es la continuidad tradicional de la izquierda que viene del del PRD o del Nacionalismo Revolucionario del PRI, no. Morena, aunque defiende tesis generales de la izquierda, básicamente el retorno a la rectoría del Estado como garante del bienestar social, no tiene empacho en dar espacios a figuras tan reaccionarias como German Martínez o Manuel Espino, exdirigentes ambos del PAN, e integrantes de agrupaciones de extrema derecha como el Yunke.

    Tampoco les causa escozor hacer alianza con agrupaciones como el Partido Encuentro Social, partido integrado por evangélicos declarados que se oponen a tesis de izquierda tales como el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

    Acá en Ciudad Juárez, el presidente Municipal, Cruz Pérez Cuellar, conocido chapulín con una reducida base social de expanistas, no tiene ningún empacho en apoyar públicamente a la gobernadora Maru Campos en sus contrarreformas al poder Judicial, contrario a toda idea de izquierda.

    Por ende, concluyo que, aunque en Morena hay mucha gente de izquierda, y el presidente impulsa políticas de beneficio social para los que menos tienen, como partido Morena es simplemente una agrupación ecléctica para la búsqueda del poder. Existe el riesgo de que las Lily Téllez, las Adrianas Terrazas y otras criaturas de similar factura se apropien del mismo y lo hagan virar hacia la derecha.

    Afortunadamente, y aunque la ideología de izquierda y el compromiso social, no son base ni prerrequisito para poder ingresar a Morena, su precandidata a la presidencia, la doctora Claudia Sheinbaum, si tiene esas cartas. Ella no ha militado en ninguno de los partidos tradicionales, ni siquiera en el PRD, y sin embargo, su trayectoria, tanto como activista como funcionaria publica, las ha realizado poniendo en practica y defendiendo tesis de izquierda.

    Tendremos una presidenta de izquierda, aunque los partidos ya no tengan ideología.

    Es cuánto.

    Jose Antonio Blanco SQR
    José Antonio Blanco

    Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.

    En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.


    Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.

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