-Durante la primera mitad de la historia geológica nuestros ancestros eran bacterias. La mayoría de las criaturas hoy en día siguen siendo bacterias, y cada una de nuestros trillones de células son una colonia de bacterias- (Richard Dawkins).
Antes de comenzar mi vocacional tarea de crear pánico, quiero explicar porque el título de ¨El gen egoísta¨: No es de una manera directa el tema que expone Richard Dawkins, (Todo poderoso y gurú de mi pensamiento científico) en su Libro con el mismo título; bueno quizás si de una forma indirecta elegantemente mostrada de acuerdo a la capacidad intelectual de cada lector. Lo que expondré en este artículo habla del pan de cada día y el motor de la vida cotidiana del ser humano en su totalidad. No, no es el ¨buen ejemplo¨ o la ¨doctrina del trabajo¨, hablo de la tecnología, especialmente de los ¨Smartphone¨.
A mis 27 años, aun me tocó la máquina de escribir (un saludo a la maestra Monsalvo, mi tutora de mecanografía, claro, si es que aún sigue con vida), me tocó la época del disparo tecnológico de los dispositivos portátiles, usé ¨CD player¨ antishock, audífonos de los ¨chiquitines¨ (que hoy te los regalan en el camión), el tan prestigiado ¨Game Boy¨ donde mi padre gastaba más en baterías que en mi estudio, aprendí a usar el Fax y por supuesto ese teléfono celular multifuncional (donde podías llamar, ablandar la carne y usarlo como arma blanca).
Hoy en día, veo dispositivos MP3, Ipad, Laptops que caben en la mochila, celulares más pequeños que el cerebro de algunas ex novias, y videojuegos más reales que ¨CONTRA¨ o Zelda (los gamers con acné y mi generación saben de qué hablo), y al comparar el estilo de vida de hace aproximadamente 15 años al día de hoy, me cuestiono si es benéfico que la tecnología avance más rápido que la voluntad humana. ¿Será que algunas personas se volvieron imbéciles o solamente egoístas? (he aquí el porqué del título, Richard Dawkins puedes estar tranquilo).
Tantos avances tecnológicos, casi todos, encaminados a comunicarnos más y a acercarnos más, curiosamente son los que más incomunicados y alejados nos tienen. Redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter (creo que aun existe metroflog), son un ¨modus operandi¨ muy eficiente para mantenernos en un estado latente de incongruencia con la realidad, un desapego emocional con los realmente ¨cercanos¨ y sobre todo, una apatía humanista que se despreocupa de todos excepto de sí mismo, esto en un aspecto no generalizado, ya que a aquellas hermosas personas que comparten una publicación sobre niños en áfrica con hambre, buscando 10,000 ¨likes¨ para que les llegue un helicóptero con alimento, a esos les pido que ignoren este sarcasmo. O esas personas que comparten la foto de los rollos de dinero que te dicen: ¨que al compartirlo con 30 amigos¨, te llegara una buena noticia respecto al dinero (Esperen… eso yo lo experimente en las cadenitas de Hotmail hace 10 años, tal parece que la tecnología avanza pero nosotros no).
En el hogar, los teléfonos inteligentes (al parecer hay algunos más inteligentes que un ser humano) forman parte del día cotidiano, al igual que la televisión de paga, una vida cotidiana donde la familia es sustituida por los foros en redes sociales o la infecciosa moda de ¨selfies¨ donde la emoción que parezca más real es la que gana (es genial ganar el mínimo tener 2 hijos y fotografiarnos a un lado de un Buchanan’s).
La familia, una tradición delegada desde los inicios de la humanidad (bueno, de toda la naturaleza ya que hay familia en animales y plantas), que es la encargada de la formación cultural, moral e incluso intelectual, hoy pasa a segundo plano, donde las charlas en el desayuno de ¨lo que se pretende hacer¨ y en la cena ¨lo que se hizo¨ se sustituye por silencios ante el televisor o publicaciones de: ¨disfrutando una charla familiar¨ desde el teléfono móvil.
Las generaciones actuales (la 2da y la 3ra a partir del 2000, ó sea mis sobrino o mis hijos) parece que nacen ya con ese gen egoísta de no enseñarle a la humanidad, de solo conformarse con manifestarle lo que somos, donde el teléfono más actual (aunque te cueste lo triple en Elektra) o la mejor TV HD que vale lo mismo que un semestre de la universidad. Claro que la tecnología nos facilita en tiempo y esfuerzo realizar muchas actividades, pero curiosamente también nos vuelve torpes y obesos, bobos e inútiles, perezosos y conformistas (hablando en un aspecto controversial claro).
Quizás suene un poco soberbio, ante el concepto divino, mi posición en este artículo; pero créanlo o no, considero a la espiritualidad un factor indispensable en el progreso futuro del hombre, pero creo que si hablo de los chakras, no me pondrían atención.
Citando nuevamente a mí sumo pontífice Richard Dawkins, el cita:
– Personalmente, yo prefiero mirar hacia el futuro en donde un programa de computadora gane el título mundial de ajedrez. La humanidad necesita una lección de humildad.-
Esta frase puede ser alegórica al hecho de que nos hemos vuelto tan egoístas que no visualizamos de dónde venimos, solamente proyectamos lo que queremos y no respetamos nuestros orígenes, he aquí en este comentario la posibilidad de que, es tanto nuestro egoísmo que no tomamos en cuenta nuestros orígenes, ó sea nuestros padres, la naturaleza, incluso bobos y torpes que no nos dedicamos a explotar el potencial de nuestro cerebro (Ahora un genio es aquel que crea una aplicación donde esta te avisé cuando tengas que ir al baño y así facilitar el trabajo de tu estomago y la producción de mielina de tu cerebro para que dures más de vida y tu cerebro no se estrese tanto para poder ver más tele y publicar más cosas).
¡Muy bien, de acuerdo, la tecnología es del diablo!, y ustedes se preguntarán: ¿Por qué opino sobre la tecnología si trabajo en una revista digital que se promociona en redes sociales?, esto muy fácil de responder: Nos es muy sencillo generalizar las cosas y no utilizamos nuestra inteligencia para sacar beneficio de las cosas sin que nos volvamos dependientes, si yo critico es porque tengo un punto de vista filosófico moral o incluso siniestro que me permite analizar y no solo darle ¨like¨ por la foto. Es como un artista que tarda casi un año en una obra maestra como Da Vinci, Miró, Monet o Van Gogh (o mi favorito: Picasso y su ¨cubismo¨) y que corremos el riesgo de que nadie lo entienda (porque en el aspecto general, el arte es aburrido y ¨ñoño¨, es más ¨cool¨ publicar memes o videos idiotas).
Entrando en un tema donde el desarrollo intelectual y emocional (más intelectual que cualquier cosa) voy dar un ejemplo: El arte. Hoy es muy fácil ser artista, poeta o cualquier cosa que nuestra imaginación, nuestra necesidad, nuestro ego o lo que nuestra conexión de wii fi nos permita. Por ejemplo, de pronto, llega un artista desconocido que crea una ¨obra maestra¨ con condones, botellas de vino, aserrín, papel higiénico y una que otra mancha de óleo y la muestra con el nombre de ¨Divinidad¨ (creo le llaman arte pop). Yo no distingo si es una expresión compleja y muy difícil de entender debido a su surrealismo o solo me quieren ver la cara de imbécil, afirmando que es ¨arte moderno¨ (para arte moderno lo que yo hago en el baño, eso sí es surrealista). Por cierto me falto decir que odio el arte pop, no porque no lo considere un medio de expresión o arte en el concepto que mi ¨Pequeño Larousse¨ dice, simplemente no me gusta ya que el arte es el medio natural del hombre para expresar lo que el autor siente hacia los demás y hacer que la audiencia se proyecte igual (yo pinto en acuarela óleo y se dibujar por lo que puedo odiar al arte pop con cada molécula de mi maquiavélico ser.
Retomando mi tema: La tecnología. En mi profesión, inventamos un tecnicismo regionalista nombrado como ¨el síndrome J. P. Android¨, que es alegoría a la joroba que se genera por tener tanto la cabeza agachada para ver el teléfono móvil ó sea: ¨Joroba Producto del ANDROID¨.
Curioso que las personas se percatan de que estas enfermos o deprimido porque publicas una foto llorando o un poema de esos que parece que lo escribiste mientras te cortabas, y no como antes, donde un amigo estaba contigo en tu casa, te llevaba donas y llamaba para preguntar como estabas (a mí me tocaron esas amigas), ¡o lo que es más curioso!, tu mejor amigo no sabe que cumples años hasta que le llega la notificación por Facebook.
Somos egoístas hoy día porque no permitimos la interacción humana, por eso hay amores vacíos, caricias mustias y besos sin emociones, amistades poco duraderas y muchos hijos que son la semilla de un encuentro sexual solamente. Pareciera que nos hemos vuelto egoístas, materiales y soberbios, donde no importa la necesidad humana, solo la propia. Pienso que sería maravilloso ir a la rivera maya sin un celular, sin una laptop, quizás con la cámara fotográfica si, y digital porque de rollo ya nos las hacen (nótese el sarcasmo), y convivir con la naturaleza, no en el término ¨hippie¨ sino en el verdadero, con nosotros, con la familia, con nuestra especie, una especie que predomina en el planeta y que tiene la obligación (divina o darwiniana como sea) de preservar a las especies inferiores, pues es negativo atacar la fuente de nuestro origen, porque atacaríamos lo que somos, es como si nuestro padre nos comiera en lugar de darnos de alimento (no estoy hablando del mito Grecoromano de ¨cronos¨ ).
El hombre ha modificado la ciencia hasta llegar a un punto donde la ciencia modifica al hombre, esto pudiera haber influencia en proporción al hecho de que no hay genios en el arte, genios en la filosofía, seres que marcan la historia porque modifican la humanidad (en lugar de modificar la humanidad, modificamos máquinas y actualizamos softwares).
Si sobre estimuláramos nuestras facultades, nuestros talentos, podríamos desarrollar virtudes humanas que permitan el progreso intelectual, cívico y moral, todo bastaría con hacer a un lado el teléfono, abrigarnos e ir a comer con nuestra amiga (en mi caso Ana, Nancy Cristal o mi némesis etílico Jael Esparza), comprarle una tarjeta de felicitación en vez de un mensaje por inbox, llevar serenata bohemia en lugar de invitar al cine (que realmente yo cuando voy al cine acompañado, hago todo menos ver la película). Si escribiéramos en hojas en lugar de la tablet, no habría artritis, si leyéramos a través de un libro en lugar de una pantalla, no habría problemas de la vista, si nos enamoráramos del perfume en lugar de la foto, no habría tanto desamor. Vivimos en un mundo digital, pero nosotros, nuestro cuerpo, nuestra alma, es análoga, preservemos la vida real, no una que puede formatearse y dejarnos en la nada.
-La tecnología, gran descubrimiento humano que ha venido a suplantar a la humanidad, sólo por la comodidad que ella misma nos brinda-
Con mis mejores deseos de paz profunda. Mazal tov:
Carlos F. Carrazco (Un judío que trabaja en Sabbath)
Carlos Felipe Carrazco Vega
Empresario, escritor y autor compositor. Titulado en terapia física y rehabilitación. Participó en la antología de poesía "Letras mágicas" en la Asociación de Escritores del Noroeste del Estado de Chihuahua (ASENOCH).
Colaborador en Radio Net y asociaciones civiles.
Actualmente escribe artículos en el área de psicología, neurociencias y opinión político-social y es docente en secundaria en materias de matemática y física y de ciencias sociales en educación media superior.