La corrupción es universal. Afecta a todas las regiones del mundo y a todos los niveles de la sociedad, aunque el efecto es mayor en países en desarrollo.
México saltó seis lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2020 de Transparencia Internacional, con lo que se ubicó en el puesto 124 entre 180 países, cuando en la anterior edición estaba en el sitio 130.
Por décadas hemos señalado la corrupción de nuestros gobiernos, cada día más abundante y ante la impunidad que la caracteriza. Corrupción en todos los niveles desde el más alto cargo en el país(presidencia de la república), hasta el burócrata de menor importancia, en cualquier oficina de los tres niveles de gobierno.
Todos o quienes lo hacemos señalando, estamos atentos a este fenómeno social que crece a diario, pero casi nadie señala la corrupción que se da fuera del gobierno.
En la iniciativa privada se da este mismo fenómeno. Citaré un ejemplo de muchos, aquí en la frontera de Juárez.
La industria maquiladora.
Para obtener un contrato para prestar un servicio -transporte de personal, concesión de alimentos, papelería u otros de los muchos servicios que requiere esta industria sin chimeneas- es necesario en muchos casos, “ponerse la del Puebla”, “mocharse”, sobornar al gerente, jefe de compras o quien esté al frente del área del servicio solicitado, para obtener el contrato.
Lo mismo con muchos profesionistas que faltando a la ética profesional, sorprenden, al no brindar un servicio honesto y eficiente.
Lo vemos en muchos talleres mecánicos y en general en distintos tipos de negocios, que tratan de transarte.
Aquí no escapa ni el cuarto poder. En algún momento un comunicador señaló: ¡Yo gano por lo que no digo, no por lo que comunico!
Lo hemos visto en innumerables casos, en asociaciones de padres de familia en escuelas públicas, donde al final salen con cuentas mochas y llevándose miles de pesos de las cooperaciones.
Desde el abuso del taxista, hasta el revendedor de boletos de un evento. Somos una sociedad tranza. Se ha hecho famosa la frase: “el que no tranza, no avanza”.
Por eso hoy ocupamos un lugar indecoroso como país inmerso en la corrupción. De 180 países evaluados, vamos acercándonos al país más corrupto del planeta. Hoy estamos en el lugar 130. Lo cual nos debería de llenar de vergüenza.
¡PONTE LA DEL PUEBLA!
¡A MI NO ME DEN, SOLO PONME DONDE HAY !
¡NO AVANZA EL QUE NO TRANZA !
¡EL PRI ROBA, PERO DEJA ROBAR !
La honestidad en este país, no es valorada.
La sociedad admira al malandro (narco, político corrupto), quisiera ser como él: ¡Millonario! No importando los valores (que ni los conocemos).
EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS.
José Luis Rodriguez Chávez
Ingeniero Arquitecto. Activista Social. Analista Político.
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