El nuevo régimen político en México, se ha caracterizado desde que entró en funciones en 2018, e incluso desde la campaña electoral en crear y enviar símbolos, pretenden desaparecer signos de los anteriores gobiernos, para generar en el colectivo social la percepción de que “no son iguales” frase que repiten de forma incesante desde cualquier atril o escenario que encuentran durante el ejercicio de su mandato; de la misma forma pretenden crear los nuevos símbolos que han de caracterizar a lo que ellos han autodenominado como “la cuarta transformación del país” después de la Independencia, la Reforma y la Revolución; el “no somos iguales y la 4T” son los primeros distintivos que pretenden dejar en su impronta como el nuevo régimen (de las viejas ideas), uno de sus grandes ejes rectores de esta nueva narrativa, tiene que ver con la promesa de que terminaran con la corrupción, que personificaron el PRI y el PAN cuando fueron gobierno, dentro de ese compromiso afirman, el nuevo régimen pasará a la historia por desterrar cualquier tufo de corrupción ¿será cierto?.
En el tema de quitar símbolos y crear nuevos, hay un gran maniqueísmo de quien está llevando a cabo este proceso, quienes reciben estos mensajes les darán entrada o los rechazaran, o algunos en parte los recibirán, lo anterior de acuerdo a su propia percepción y dada su formación familiar, sus estudios formales, sus experiencias, sus valores y a la definición político-partidaria, etc. por lo que el entramado social va a pendular desde quienes todo lo que realiza el nuevo régimen lo aplauden, sin reparar en el mínimo análisis, y por la parte opuesta esta otro segmento de la sociedad que desde un principio no han simpatizado en nada con el nuevo gobierno de izquierda, con independencia de las siglas partidistas o de movimiento que ostenten; hay otra porción menor de la comunidad nacional que se manifiestan escépticos y que se encuentran en el nicho de la indefinición.
Enumeraremos algunos signos que han retirado, así como de los nuevos que aspiran a que los adquiera la población, sobre todo el sector que potencialmente pueda o esté a punto de poder emitir su voto para elegir a sus gobernantes: Se retiró de servicio activo para fines de uso de la presidencia de la república, el avión TP-01, que es un Boeing 787-8, el cual se encuentra equipado de forma ejecutiva, se decidió venderlo porque afirman que era un símbolo al dispendio de “un gobierno rico con un pueblo pobre” (-este avión no lo tiene ni Obama-, EUA tiene 2 air force one, que son Boeing 747-200B), finalmente se remató y el nuevo símbolo es que el Presidente viaje en vuelos comerciales (al extranjero el Presidente solo ha viajado a EUA y Centroamérica). Como un distintivo de la opulencia de los gobiernos neoliberales fue considerada la residencia oficial de los pinos y se decidió abrirla al público en general como un espacio cultural, dentro de los pinos se encuentra la casa Miguel Alemán la cual se utilizó por los presidentes de México desde 1934, el “nuevo símbolo” es que el lugar para que resida el titular del Poder Ejecutivo y su familia, es nada más y nada menos que al Palacio Nacional.
En una encuesta realizada en octubre de 2018 en la que participaron solo 1,1 millones de votantes, el 1,23 % del padrón electoral del momento, decidieron en una proporción del 70 % cancelar el aeropuerto de Texcoco y así justificaron la decisión tomada desde la campaña electoral, de suprimir la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México NAIM (se estimaba seria uno de los 10 mejores aeropuertos del mundo y sería un Hub internacional) -se dijo que era un signo de una gran corrupción y a la fecha nadie ha sido procesado- la cancelación trajo un quebranto a las finanzas públicas de los mexicanos, por el orden de los 400,000 mil millones de pesos, el “nuevo símbolo” es la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que tiene un costo aproximado a los 120,000 millones de pesos -no se ha podido poner a funcionar al 100 % por múltiples motivos técnicos y de ubicación-
Podemos seguir con el Seguro Popular, sustituido por el ya extinguido INSABI; luego el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), que dio paso al “Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado”, el símbolo mayor de la 4T es el de “la transparencia y el dialogo circular” las mañaneras que afirman para eso sirven; una gran cantidad de símbolos (para ellos) que el nuevo régimen (de las viejas ideas) han y seguirán desapareciendo y seguirán creando los nuevos modelos que encarnen a la 4T, ¿cuánto ha costado al bolsillo de los mexicanos el enterrar signos y dar vida a nuevos símbolos? quitar y poner, esto porque así lo han considerado los personajes del actual gobierno, sería prácticamente imposible calcularlo, dada la opacidad de estos “nuevos tiempos”.
El cálculo final y los costos sociales y económicos para el futuro de México, quedarán en manos de un próximo gobierno, que se precie de ser justo, esto en el horizonte de un futuro inmediato o mediato.
Frase para reflexionar:
“En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”
George Orwell, novelista, periodista, ensayista
y crítico británico nacido en la India (1903-1950)
Gerardo Hernández Ibarra
Licenciado en Administración Pública por la UACH. Ha desempeñado cargos públicos como Delegado Regional de Desarrollo Urbano y Ecología, Secretario Particular del Presidente Municipal, Director General de Desarrollo Social, entre otras responsabilidades.
Ha participado en diferentes organizaciones como el SNTSS Sección VIII, SNTE Sección 42 y de la Federación Estatal de Administradores Públicos, de la cual es fundador.
Diputado Federal Suplente 1991-1994 y Diputado al Congreso del Estado 2010-2013.
En la actualidad es docente de nivel secundaria y asesor voluntario en escuela abierta del mismo nivel. Escribe artículos y participa como comentarista en programas de radio e internet, desde el año 2018.
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