En pobreza laboral se encuentra el segmento de la población que sus ingresos de trabajo están por abajo del valor monetario que tiene la canasta básica de comestibles en una demarcación territorial determinada, puede ser un país o una entidad federativa, lo anterior aún y utilizando el 100% de su ingreso laboral. Según el Banco Mundial, -el Índice de Pobreza del Ingreso Laboral (LIPI) mide la pobreza basada en la proporción de los hogares que tienen un ingreso laboral per cápita por debajo de la línea regional de pobreza, relativo a un periodo de referencia seleccionado-
Revisando los datos que dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) con datos del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) y apoyado con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en un comparativo entre el cuarto trimestre de 2021 y el cuarto trimestre del 2022, en este periodo se redujo relativamente la pobreza laboral en un 1.8 %, pasando del 40.3 % al 38.5 %, se puede apreciar que seguimos cerca de un 40 % de este indicador lo que es demasiado alto, esto equivale a que un rango muy alto de mexicanos no logran adquirir la despensa básica de los alimentos aun invirtiendo todo lo que ganan, de aquí se desprende que los ingresos en nuestro país siguen siendo en general bajos y la inflación no ha sido controlada y/o reducida significativamente.
Otro indicador importante que da a conocer el Coneval, es el ingreso laboral real por persona, el cual tuvo un aumento anual de un 4.3 %, paso de $ 2,745.32 a $2,862.65, durante ese lapso de tiempo se sumaron a la fuerza laboral del país 1.7 millones de personas; estos incrementos en los ingresos y de habitantes que se incorporaron a trabajar adquiriendo un ingreso propio, no tuvo un peso mayor que llevara a cabo una reducción mayor del índice de la pobreza laboral.
Si desagregamos por ámbito rural y urbano el índice de pobreza laboral entre 2021 y 2022 nos encontramos que en el caso del primero se tuvo un decremento anual de un 2.4 puntos porcentuales y en el urbano disminuyo 1.7 puntos porcentuales, al pasar de 54.8% a 52.3% y de 35.7% a 34.0 % respectivamente, aquí se puede dimensionar con toda claridad el diferencial que sigue existiendo entre la pobreza laboral en el campo mexicano comparado con las ciudades medias y grandes de México, la brecha sigue siendo grande, e impacta en mayor medida al área rural, sin ser exclusiva de estas comunidades, la migración hacia el vecino país del norte sigue siendo muy pronunciada en el agro, lo que acrecienta el abandono de los cultivos, en siembra y en cosecha de los mismos.
Entre el cuarto trimestre del 2021 y el cuarto trimestre del año siguiente, se tuvo una inflación general promedio de un 8.0 %, entre estos dos trimestres el valor monetario de la canasta básica alimenticia tuvo un aumento en el área rural de un 12.6 % y en el ámbito urbano de un 12.7 %, se aprecia un ligero incremento porcentual mayor en las ciudades que en el campo, la pobreza laboral tuvo un relativo decremento en el índice.
Una comparación entre los mujeres y hombres con ocupación laboral, entre el tercer y cuarto trimestre del 2022, los segundos tuvieron un ingreso laboral que incremento en un 2.5 % y las mujeres en contraste mostraron en sus ingresos laborales una baja de un 1.0 %, ello nos da una clara idea de que la equidad de género aun no aplica en términos generales, en el tema de la economía del país reflejado en los ingresos laborales de mujeres y hombres. Los trabajos formales durante el cuarto trimestre del 2022 tuvieron un ingreso laboral promedio al mes de $9,077.72 y las personas ocupadas en trabajos informales obtuvieron un ingreso laboral de $4,519.85, este indicador constata la enorme diferencia de los ingresos producto de una actividad laboral formal y los del grupo poblacional que trabaja en la informalidad.
Chihuahua al cuarto trimestre del 2022 tenía un índice de pobreza laboral del 22.6 % y se encontraba en el tercer lugar como el estado con menor porcentaje de personas en tal condición. De los indicadores citados con anterioridad, producto de la información que da a conocer el Coneval, podemos obtener una primera conclusión, nuestro país aún carece en términos de los ingresos que son producto de una actividad laboral, de una justicia social distributiva, por lo que seguimos rondando un porcentaje muy alto de pobreza laboral de casi un 40.0 %, lo que tiene un reflejo inmediato en la calidad de la alimentación y por ende en la calidad de vida, con un mayor flagelo en los segmentos de menores ingresos; los programas asistenciales aun no logran su tan prometido y brillante resultado.
Frase para reflexionar.
“No es el empleador el que paga el salario, los empleadores solo manejan el dinero, es el cliente el que paga el salario”
Henry Ford emprendedor estadounidense, (1883-1947)
Gerardo Hernández Ibarra
Licenciado en Administración Pública por la UACH. Ha desempeñado cargos públicos como Delegado Regional de Desarrollo Urbano y Ecología, Secretario Particular del Presidente Municipal, Director General de Desarrollo Social, entre otras responsabilidades.
Ha participado en diferentes organizaciones como el SNTSS Sección VIII, SNTE Sección 42 y de la Federación Estatal de Administradores Públicos, de la cual es fundador.
Diputado Federal Suplente 1991-1994 y Diputado al Congreso del Estado 2010-2013.
En la actualidad es docente de nivel secundaria y asesor voluntario en escuela abierta del mismo nivel. Escribe artículos y participa como comentarista en programas de radio e internet, desde el año 2018.
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