Hablar de la participación de la mujer en la sociedad, es hablar de una figura importantísima en la dinámica de la evolución humana a través de la historia. De manera paulatina, la actuación del género femenino ha cobrado cada vez mayor relevancia en el desenvolvimiento social.
Aunque el mosaico cultural que se presenta en el mundo, a través de un sinnúmero de cuadros de valores y creencias establecidas arraigadas ha marcado diferencia en cuanto a la participación de la mujer, no cabe duda que han jugado un papel preponderante en el desarrollo del tejido social.
A pesar de que, por ejemplo, el Banco Mundial (2020) revela que en México la población laboral de mujeres está muy debajo que la de los varones, no puede pasar desapercibido que las mujeres han logrado obtener un área de influencia muy importante en todos los campos de las diferentes actividades económicas esenciales.
Es de gran impacto observar que se han diseñado políticas educativas, en todos los niveles, encaminadas a acortar la brecha de la equidad de género. Pero no todo queda allí, pues han surgido diversos movimientos que han logrado reafirmar todos sus derechos.
Resulta en nuestros días casi imposible entender, en retrospectiva, que no hace mucho tiempo tenían restricciones laborales y sociales como el derecho al voto, a la educación, etc. Pero día a día demuestran que sus capacidades físicas, intelectuales y sociales son verdaderamente sorprendentes, pues su estatus en el mundo se demuestra a través de muchos ejemplos de éxito.
Valga el espacio entonces para reconocer y valorar la intervención de la mujer en todos los aspectos relevantes del sistema social. La mujer debe asumir también su rol social como cualquier otro ser humano, pues su capacidad está más que probada y comprobada. Es imprescindible su participación en la toma de decisiones y queda claro que hay que favorecer su contribución y su aporte en todos los elementos que rigen nuestra vida.
Profe Luis Raúl Carrasco
Profesor.