Hace unos días, el periodista Tim Golden, ganador en varias ocasiones del premio Pulitzer, publicó un artículo de investigación donde habla de los nexos y patrocinios que hubo hacia Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México, en la campaña de 2006. Según menciona, se entregó dinero a los asesores más cercanos del mencionado personaje a cambio de facilitar operaciones criminales de los traficantes, dinero proveniente del Cartel de Sinaloa.
Hemos visto en más de una ocasión, sobre todo en estos últimos meses, la furia del inquilino de Palacio Nacional. Su indignación por este artículo fue tal, que señaló al gobierno estadounidense de “prácticas inmorales” y acusó a la prensa estadounidense de estar “subordinada”. Lo que sin duda no acaba de entender es que los registros en Estados Unidos, así como las declaraciones de algunos testigos después de un tiempo, son públicos. Puede descalificar una y mil veces a los medios americanos y mexicanos, sobre todo a los que no son serviles y sucumben ante él.
En este caso, la DEA dio por concluida la investigación que menciona el artículo de Golden, pero no queda señalado si pasó o no, lo cual deja la duda al final del día. Cuando detuvieron a García Luna, AMLO no puso en duda las pruebas, ¿ni atacó a la DEA, y ahora? Acusa al gobierno de Estados Unidos y a la DEA de estar detrás de estos reportajes “manipuladores y difamatorios” en contra de su gobierno.
Para su público, él siempre se envuelve en el patriotismo, en la bandera nacional, casi casi como un niño héroe. Pero hay que recapitular un poco lo que ha pasado en este sexenio con su estrategia de “abrazos, no balazos”, la cual ha provocado una proliferación de grupos criminales y un récord de homicidios dolosos de más de 177 mil muertos. Según reportes, el cartel con más crecimiento en México ha sido precisamente el Cartel de Sinaloa. El pasado no se tapa con un dedo, sobre todo en la política. No puedes simplemente dar vuelta a la página y hacer de cuenta que nada ha pasado; el pasado no se pisa, y menos cuando tus acciones se inclinan a que esa historia que mencionan en el artículo de Golden simplemente se pudiera haber repetido.
El 17 de octubre, el presidente dio la orden de liberar a Ovidio Guzmán Salazar, hijo de “El Chapo Guzmán”, líder del Cartel de Sinaloa. Recuerden que en una de sus giras, el inquilino de Palacio Nacional se acercó a saludar a la mamá de este líder criminal. Ha sido el presidente que más ocasiones ha ido a giras a Badiraguato. En las elecciones pasadas, hubo asesinatos y secuestros de candidatos de oposición para que MORENA tuviera el camino libre y ganara las elecciones de 2021.
Sin duda, el artículo de Golden ha destapado algo, sobre todo la necesidad de que los mexicanos nos hagamos la pregunta: ¿hasta dónde está metido el narco en este gobierno? Y esto, no, no es culpa de los neoliberales. Insisto, el pasado, tu pasado no se pisa.
Aldonza González Amador
Criminóloga y Empresaria Juarense
Actualmente Presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado de Chihuahua (ONMPRI) y Estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de la Rioja España.
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