Pongamos todo en perspectiva
El Pole Dance, así como el resto de sus variantes como el Pole Urbano, es una disciplina física que tiene como principal motor hacer sentir de lo mejor a quienes lo practican. Partiendo de un punto en donde la competencia propia y la mejora constante son el principal objetivo, esto a la larga abona en la mejora de la autoestima de quien practica esta disciplina, o alguna de sus variantes.
A pesar de todas la ventajas, la práctica del pole ha sido arrinconada a ser una que debería de realizarse en las sombras y fuera del ojo público, porque según algunas voces persignadas “solo impulsa la depravación y tiene su lugar en cantinas y tugurios”.
Hace unos días, en el marco de la celebración del Día Nacional del Pole Urbano, tuve la oportunidad de acompañar al estudio Pegasus Aerofitness en un recorrido por el centro histórico de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, en donde mujeres y hombres demostraron sus mejores rutinas y pasos de baile en público, pero sobre todo, tomando por asalto las calles; ese famoso “espacio público” que se nos dice, pertenece a todas y todos.
Este recorrido cumplia dos principales objetivos, el primero era demostrar a las y los estudiantes de Pegasus que los avances de sus horas y horas de prácticas han rendido frutos, y el segundo, demostrar que el pole, en su versión urbana, es una disciplina de ejercicios que tiene cabida en nuestra sociedad y que partiendo del ejercicio, permite a quienes lo practican poder empoderarse, mejorando niveles de autoestima y de confianza personales.
Aunque Oaxaca es una tierra que tiende a ser peculiarmente mocha, este recorrido cumplió con el objetivo que se buscaba, dar a conocer esta disciplina como un ejercicio físico y que no tendría que ser enmarcada por prejuicios. Durante el trayecto el nutrido grupo de estudiantes no estuvo exento de miradas inquisidoras, otras de sorpresa, pero con las que finalmente se quedaron, sin dudarlo, fueron el par de aplausos que arrancaron a las personas que los admiraban por el esfuerzo y dedicación mostrado
Lo cierto es que al salir a tomar por asalto las calles, la declaración es firme y clara, el pole dance va más allá de cualquier insinuación sexual, hoy es una disciplina deportiva que requiere de mucha fortaleza física, pero de mayor fortaleza mental y una de las bondades principales es el impulso de la solidez emocional.
Agradezco la invitación que se me hizo para documentar esta magna fecha y le invito a que si está buscando una nueva disciplina para salir de la rutina, no dude en intentar enrolarse, al final el pole nos termina por enseñar que mientras mejor sea el agarre en la vida, más poses se pueden lograr.
Carlos Villalobos
Opinólogo por convicción, fotografo de conciertos, entrevistador y maestro digital. Coordinador de "El Garage Istmeño". Originario de Oaxaca, Oax.