“No somos perfectos, pero damos resultados, y sabemos gobernar”
Alejandro “Alito” Moreno presidente nacional del PRI
En la más reciente andanada de spots del actual presidente nacional del PRI, Alejando Alito Moreno, quien sabe muy bien del desfondamiento que está viviendo el PRI bajo su liderazgo, trata de limitar ese desfondamiento apelando a la nostalgia, buscando reconectar con los viejos priistas, citando una serie de logros sociales impulsados por el PRI a lo lago de su historia.
Es cierto, que durante los años que el PRI mantuvo el poder a sangre y fuego, los de la dictadura perfecta, se impulsaron la obras y los programas sociales que Alito Moreno menciona en sus spots, solo que el desprestigiado dirigente omite, convenientemente, mencionar algunas cosillas, la principal, que todas estas obras y programas fueron impulsados antes de la etapa neoliberal del partido.
Una vez que Salinas llego al poder, empezó el desmantelamiento o reconversión de cada uno de ellos, para satisfacer el que fue eje rector del PRI durante esa etapa: el capitalismo de cuates.
Dice Alito, “Cuando construimos la red de carreteras mas amplia de América Latina, no pensamos en el partido, pensamos en que tengas una mejor conectividad”. Es cierto que como sociedad, la ampliación o creación de la red carretera que se llevó a cabo bajo el salinato, ayudó a mejorar la conectividad y redujo en gran medida los tiempos de traslado de personas y mercancías a lo largo del país.
Pero el ínclito líder priista convenientemente omite mencionar primero, que si no había carreteras modernas, era porque el propio PRI no las había construido eran ellos quienes gobernaban; segundo, que la construcción de las mismas se concesionó a empresas privadas de las cuales los propios dirigentes del PRI eran socios, es decir, el negocio era de ellos mismos; tercero, que ante el fracaso del sistema de carreteras privadas, esas mismas empresas hubieron de irse a la quiebra, pero, para evitarlo, los propios priistas, con apoyo del PAN, las salvaron absorbiendo esas deudas con el Fobaproa. Para ellos los priistas y sus amigos empresarios no hubo perdida.
“No somos perfectos…”, vaya que no.
Continua el mencionado, “Cuando creamos los programas sociales, pensamos en tu familia”. Es cierto que desde antes de que el PRI fuera PRI, los distintos gobiernos que México ha tenido, han venido aplicando diferentes tipos de programas sociales. Estos siempre, al menos formalmente, buscan el beneficio de la sociedad mexicana, solo que, el perínclito líder priista, de nueva cuenta omite varios detallitos, ¿el más relevante? El uso discrecional que el PRI siempre hizo de los mismos.
Así es, para el PRI desde el PNR hasta el de Peña Nieto, los programas sociales, que existían servían para el control de l@s ciudadan@s. ¿Querías una beca para tu hijo? Claro que sí, vas a tener que votar por el PRI. Tu, campesino, ¿querías apoyo para comprar semilla? Desde luego, pero tienes que ir al mitin del candidato del PRI. Y usted pequeño empresario, ¿necesita la condonación de una multa? Faltaba más, ¿ya se afilió a la CNOP?
Así funcionaban los programas sociales durante los gobiernos del PRI. Hoy eso cambió. Si el PRI gana, si el PAN gana, o si revive el PARM, el PPS o el PRT y ganan, para el(la) ciudadan@ no hay diferencia, tendrán acceso a los diversos programas sociales porque ya están en la Constitución. Ya no nos pueden chantajear con que si no gana mi partido vas a perder tus beneficios, porque ya no están a capricho del gobernante.
Y esto no es algo menor, porque hasta la señora X se quiere colgar el mérito confesando, para molestia del prianismo, que ella, no solo voto a favor de los mismos, sino que va por mas y mejores programas sociales.
“…pero damos resultados…” ¿sí? Quizás dieron, en tiempo pasado.
Sigue Alito con la frescura que da el bótox, “Cuando creamos el Infonavit no pensamos en el partido, pensamos en tu patrimonio”. Cierto, el Infonavit se creo en 1972, y fue la respuesta forzada del gobierno -no fue una graciosa concesión- a la movilización social que múltiples grupos de inquilinos llevaron a cabo a lo largo y ancho del país.
Sobre este valioso instituto, el futuro enterrador del PRI omite que desde sus primeros años el Instituto fue presa de la corrupción, ya para entonces completamente embebida en el PRI. En sus inicios, las viviendas las construía el propio Infonavit, y se “rifaban” entre los derecho-habientes. Obviamente que para obtener una casita, lo mejor era “aceitar” la mano de algún funcionario del instituto.
Posteriormente, con Salinas eso cambia y se liberaliza el proceso. El Infonavit deja de ser constructora, y se concreta solo a prestar el dinero; ahora las constructoras privadas habría de hacer las casas, y la oferta se multiplicaría. Ya no habría más “rifas” para beneficio del trabajador.
La idea no era mala, pero a fin de cuentas neoliberales, los créditos cada vez se perecieron más a los otorgados por la banca comercial, y las casas cada vez eran mas chicas, hasta perder el decoro. Llegó un punto en que el trabajador veía muy difícil el crédito con que compró su micro casa, es decir, se perdió el beneficio social, en aras del mercado.
Ya no mencionaremos los altos sueltos y las millonarias indemnizaciones que cobraron los últimos directores del instituto bajo Peñita, para ya no echarle mas sal a la herida. Afortunadamente el actual gobierno está modificando el sistema para regresarlo a la vocación de beneficio social, que debió tener desde siempre y que nunca debió perderse.
“… y sabemos gobernar.” que poca.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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