Cada semana al elegir el tema, del cual hablar busco un poco sobre las noticias relevantes o los reportes que son publicados por las distintas instituciones de análisis económico, político y social y si bien, reiteradamente he escrito sobre la precariedad de los salarios de los profesionistas, especialmente si son egresados, en esta ocasión vuelvo a escribir al respecto dado que otra encuesta señala los bajos salarios a los que puede acceder profesionista recién egresados en México.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Egresados 2018 (ENE), el 46% de aquellos que recién terminaron sus estudios universitarios y se encuentran trabajando en su primer empleo perciben sólo entre 3,000 y 8,000 pesos mensuales.
Si bien el salario en el primer empleo depende de varias características como edad, género, área de especialidad, jornada de trabajo o incluso el cómo consiguieron el empleo, en México un recién egresado universitario gana en promedio 6 mil 404 pesos mensuales. Este nivel salarial ocasiona que el 49% de los profesionistas afirme que el ingreso que percibe es inferior a sus expectativas, mientras que, 39% afirma que ese sueldo era exactamente lo que imaginaba ganar tras graduarse y sólo el 12% considera que su ingreso laboral es superior a lo que esperaba recibir en su primer empleo.
Otro dato a destacar es que, en cuanto al género, las mujeres tienden a percibir salarios más bajos que los hombres. Mientras que el 18% de las mujeres reporta ingresos entre 1,500 y 3,000 mensuales, en el caso de los hombres es de 16% y en los ingresos altos, 21% de las mujeres perciben ingresos entre 8,000 y 15,000 pesos, para los hombres el 25% recibe dicho ingreso.
Finalmente, pero no menos importante, los mayores salarios se reciben en el área de Salud, seguido de Ingeniería, manufactura y construcción. Los salarios más bajos se registran en los egresados de artes y humanidades, y agronomía y veterinaria.
Si bien la solución no es fácil y hay mucho por hacer, se deben procurar políticas públicas que permitan alinear la educación superior con las necesidades económicas y sociales a nivel nacional, es decir, que las universidades diseñen ofertas educativas basadas en las necesidades del mercado laboral, y que los estudiantes elijan sus estudios profesionales a partir de la demanda actual de habilidades e ingresos de las empresas.

Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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