A finales del siglo pasado, podría rascarme la barriga y al mismo tiempo, construir escenarios futuros con herramientas sencillas, y sin mucho esfuerzo, casi siempre acertaba en mis proyecciones. La política no era tan complicada.
Ikram Antaki, me enseñó a hacer estos ejercicios futuristas.
Eran los albores de los 90, y por consiguiente a los perros los amarraban con longaniza.
Aún había cohesión y control político en el país. Comenzaba a descararse apenas «La Mafia del Poder».
Podías desayunar en cualquier lugar sin sobresaltos. Caminar las calles (a ciertas horas), sin peligro. Tomar la copa sin temor a ser blanco de sicarios mal entrenados, y pasar la semana sin “el Jesús en la boca”.
Los grupos criminales trabajaban bajo la protección del estado… pagando por supuesto, una “cuota”, por el derecho de piso.
Hasta que los hombres del poder quisieron invadir ese territorio que sólo pertenecía al sub mundo del crimen organizado.
¡Ahí comenzaron a romperse los pactos!
Dejaron de “respetarse” los códigos.
En cierto momento de reflexión, Ikram, como si trajera una bola de cristal me dijo: «no tarda en descomponerse todo. Los grupos criminales tomarán el país por asalto, mucha sangre por las calles y luego la militarización»,
— ¡Putamadre, Ikram! Que negativa amaneciste. Le dije en mi perfecto español. Idioma que ella dominaba impecablemente, como su cuarta lengua, mientras le untaba mermelada a su pan con mantequilla, en el Sanborns de Perisur, donde solíamos desayunar para intercambiar ideas.
—Es cosa de voltear a ver a los narco-gobernadores. Me dijo.
(Refiriéndose principalmente a los de Quintana Roo, Sonora y Guerrero; luego Puebla)
— Se están rompiendo los códigos de honor. Y eso es muy peligroso.
Once años después, con el pretexto de declararle la guerra al narco, Felipe Calderón soltó al Kraken asesino. Los cárteles engordaron, mutaron, y se multiplicaron como los peces de Jesucristo.
Fue tan arrolladora la incursión bélica de los grupos delincuenciales, que opacaron la presencia de otros grupos armados como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
Ejército Popular Revolucionario (EPR), el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI); Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP) y otros.
Hoy se encuentran en «pláticas» con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para ver las condiciones en que entregarían sus armas.
“Dicen que ya, que no quieren seguir en esta violencia, que ellos quieren deponer las armas y caminar hacia la paz”, según declaró, Olga Sánchez Cordero.
Pero el parteaguas que le da sustento a este texto, lo significa el video de cinco minutos que el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) Nemesio Oseguera, a) el mencho, obsequia a los mexicanos.
Donde denuncia una supuesta colusión del gobernador Enrique Alfaro con grupos rivales.
La grabación se hace a cámara fija con una toma frente a un pelotón de hombres armados.
De entrada, se deslinda de las actividades criminales que ocurran en el Estado de México, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Cuernavaca, y en Chihuahua.
«Nosotros no secuestramos, no robamos a la gente, no cobramos derecho de piso y extorsión a la ciudadanía, nos deslindamos también de las casas de seguridad donde han encontrado muertos.
Enrique Alfaro es el único que puede decirles de quién son estas casas de seguridad; son de Martín Coronel, alias El águila y Esteban Rodríguez Olivera, alias El güerito. A quienes les quiere entregar la plaza.
Alfaro hizo un trato conmigo y no lo cumplió.
Con su mandato comenzó la violencia.
Les dejaré bien claro que no vamos a permitir que nos quiten el espacio que nos hemos ganado.
Queremos respeto.
Nosotros respetamos a la gente, a los medios de comunicación.” Expresó con claridad.
¿Qué significa esto?
Tres cosas
- El gobernador de Jalisco, rompió los códigos entre los criminales. (Para empezar, no debió hacer ningún trato, eso lo colude)
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Al romper el trato, expone a la sociedad a una guerra entre cárteles, donde Alfaro es el jugador más débil. El poder de fuego del cártel Nueva Generación, es muy potente y eficaz. Lo hizo patente desde el día que hizo “su presentación”.
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La coordinación de los mandos mixtos de “seguridad nacional”, es muy inferior a la coordinación que hay entre los grupos del crimen organizado… “Mientras los primeros van, los segundos ya vienen con la leche”.
Estos son los ESCENARIOS que nos toca vivir.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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