Así le dicen los panistas a los ejercicios de elección interna de su partido.
Se supone que la militancia acude a votar por el candidato que más le ha llegado al corazón.
No a la razón. El panista vota por impulso.
Pero en aras de la decisión democrática, es lo más acercado al canon que rige “una prostituta muy deseada, llamada, democracia”… (Pedro Lamothe, en su libro: Epistemocracia: primer tratado de ingeniería política. Ed. Edamex. 1998).
A reserva de desmenuzar luego, las posibilidades que pudieron haber tenido cada uno de los candidatos, parece que los panistas enderazaron un poco la brújula y decidieron por el mejor elemento para su objetivo inmediato: competir con cierta dignidad en las próximas elecciones, pues su líder moral, se ha esforzado mucho por destruir al partido azul, sin poder lograr ese cometido.
Los valores profundos de los panuchos sostienen con alfileres una posibilidad que se antoja muy lejana ya.
Dice el mismo autor, que le parece una falacia que los partidos hagan una selección de candidatos a partir de una votación, y no en la búsqueda del elemento que tenga mayores posibilidades de ganar las elecciones.
No hay esa capacidad de análisis y reflexión.
Sea como sea, el domingo, se juntaron los panuchos a elegir a su dirigente municipal.
Me jacto de haber anticipado el resultado, con un mínimo margen de error como podrán confirmar mis lectores.
En mi columna del jueves, a tres días del “festival de la democracia”, yo escribí:
“Cada vez son menos los panistas juarenses activos. De un padrón de 1100 pitufinos, no más de 900 son verdaderamente activos.
Pero en tratándose de votaciones, no van más de 650”
Pues votaron 695.
Yo escribí. “Joob Quintín, tendría que juntar cuando menos, 250. Si no lo hace, de nada le sirvió haber estado en el cargo de presidente.”
Joob sacó 252.
Yo escribí… “Los sondeos previos me dicen que estaría muy reñido el triunfo, pues Sergio Acosta podría andarle rascando a los 220”.
Acosta sacó, 203.
Yo escribí que el sondeo me decía que Trejo tendría 130 votos y sacó 214.
Cifra que consigue por la exhaustiva operación de la vicegobernadora, Lety Corral, hermana de Javier Corral Jurado, quién a base de la coacción a los panistas en la nómina de gobierno, “invitó” a votar por su delfín.
“Robándole” 51 votos a Pepe Márquez, que tenía en el bolsillo. Pues yo le calculaba 80 y sacó sólo 29.
El trabajo de Joob Quintín, para conseguir la elección a su favor fue producto de una estrategia bien definida y mejor operada.
El colmillo de Raúl García Ruiz en el couching, fue definitorio.
Proyectar una imagen juvenil pero con experiencia, rindió el fruto deseado.
Colocar esa imagen en la mente y corazón de su militancia fue un ejercicio que podría ser pauta para replicarlo luego en la arena electoral del 2021.
Enhorabuena.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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